10 escenas.
Pocos directores han sabido esculpir su nombre en la historia: Kubrick, Scorsese, Lucas, Cameron, Spielberg, Hitchcock por citar algunos.
Quizá nacieron con un gen diferente: uno que les permitía diferenciarse del resto y apuntar al sol, o simplemente, fueron construyendo su leyenda como un terco y paciente arquitecto
O quizá un poco de las dos.
Y en su camino, inevitablemente han producido grandes obras.
Enormes obras que han dejado sin aliento y llenos de admiración a varias generaciones. A lo largo de la historia, estas obras se han alzado como piezas épicas de un rompecabezas universal.
Sin embargo, dentro de las películas hay momentos en donde el tiempo parece detenerse. Lo que tienes alrededor se funde, y solo existe una línea invisible que conecta nuestros ojos con la gran pantalla.
Nos referimos a las quince secuencias más emblemáticas de toda la historia.
¡Comenzamos!
Lo que el viento se llevó (1939)
Una de las secuencias más sorprendentes de toda la película es aquella en donde Vivien Leigh jura bajo el firmamento que hará todo lo posible para no pasar hambre tras la sangrienta guerra de Secesión en Estados Unidos.
«A Dios pongo por testigo de que no lograrán aplastarme. Viviré por encima de todo esto y cuando haya terminado nunca volveré a saber lo que es hambre. No, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que estafar, que ser ladrona o asesina. A Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre».
El gran dictador (1940)
Vamos a ponerlo en síntesis: Es como si uno de los directores venezolanos hiciera una parodia sobre Nicolás Maduro. Bueno, no tiene tanto poder en comparación a Hitler, pero los dos hierven de odio cuando escuchan la palabra democracia.
Lo cierto es que Charlie Chaplin construyó una de las secuencias más certeras cínicas y certeras al emular los sueños infernales del Fuhrer.
Casablanca (1942)
En Casablanca confluyen varios aspectos míticos: la interpretación de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart de dos grandes mostruos de la edad dorada de Hollywood es soberbia.
Además de los diálogos -columna vertebral de todo largometraje-; son conmovedores, seductores y pinchan con cierta tristeza.
La escena del adiós en el aeropuerto es una de las más recordadas por nuestros padres, pregúntales y verás.
O puedes verla aquí.
Con faldas y a lo loco(1959)
Quizá no sea una de las películas más conocidas, pero Con faldas y a lo loco se metió en el corazón de miles.
La película dirigida por Billy Wilder explora el sentido del humor en el hombre y bebe de situaciones y anécdotas comunes para brindar una experiencia nunca antes vista.
Series como Seinfeld han bebido de la influencia de Con faldas y a lo loco.
Y el final de Con faldas y a lo loco no deja indiferente a nadie.
Psicosis (1960)
La obra maestra de Hitchcock no podía faltar.
Y quizá, como habrán adivinado su secuencia más emblemática es aquella en donde la rubia muere apuñalada por un desconocido en la ducha.
La crítica especializada considera que el mejor film que se ha producido en la faz de la tierra.
¿Quieres recordarlo?
Stars Wars: El Imperio Contraataca (1980)
La secuencia donde Darth Vader remueve su máscara y confiesa a Luke Skywalker que él es su padre hizo que saltaran las cotufas en los asientos y la gente se frotase los oídos para ver si es que habían odio mal.
No importa cuántos años tengas, cuando escuches: «No. Luke, yo soy tu padre». Y se te van a erizar los vellos del cuerpo.
ET (1982)
Sin temor a equivocarnos, tenemos que situar a ET El extraterrestre dentro de nuestra pequeña lista.
Antes de la aparición del singular ET, toda la humanidad mostraba aversión a los extraterrestres.
Y quizá la sociedad sufrió el Síndrome de Estocolmo, porque luego de observar la secuencia en donde ET vuela hacia la luna, a más de uno se le escaparon las lágrimas.
Así es el mundo del cine.
Taxi Driver (1976)
La escena del espejo, probablemente, es la única serie de diálogos genialmente improvisados por un muy joven Robert de Niro.
«¿Me estás hablando a mí?» ha pasado a convertirse en una de las frases míticas de la historia del cine.
La exploración de la soledad del individuo como síntoma de una sociedad que prefiere la rutina por encima de los momentos elevó la propuesta cinematográfica de un muy joven Scorcese.
La chaqueta metálica (1987)
Como casi todas las películas de Kubrick, Full Metal Jacket es considerada una película de culto.
Casi toda la película es una serie de ganchos y coñazos visuales, sin embargo uno de sus tomas más épicas es el bombardeo de preguntas que le hace al experimentado y cruel sargento al inocente soldado.
Imperdible.
Titanic (1997)
Quizá, junto a Casablanca sean de esos films que se vuelven inolvidables por contar la historia de un amor frustrado.
La ecuación de la famosa nostalgia.
Cameron encontró a un par de actores perfectos para interpretarla: Leo Di Caprio y Kate Winslet.
Si ves por primera vez Titanic, sentirás el magnetismo y la vibración en cada uno de ellos, sin embargo, hay una escena en especial que se alza como la más encantadora de todas.
Ambos, en medio del océano, evocan el sentimiento del amor y la aventura: Quizá el Titanic se estrelló contra las rocas y se hundió. Pero a diferencia de la tripulación, Rose y Jack experimentaron muchos apasionadas excursiones en su corta estadía en el barco.
- Anabelle, la reina de las muñecas creepy, vuelve al cine