La Bora, la suciedad, la brujería y la ineficiencia de las autoridades ha vuelto el tema del agua una especie de versión criolla de Mad Max
Me levanté tarde para ir a la universidad, tenía que tomar una ducha y salir corriendo. Tuve suerte, ese día tocaba que pusieran agua en la casa. Abrí el grifo y el agua era completamente marrón y olía a cloaca. Pensé en no bañarme, pero ayer fui al gimnasio y en la tarde tengo una cita con Andrés, mi novio, y quería ponerme el vestido nuevo que me trajo mi tía de Estados Unidos.
Mis mañanas, desde hace mucho tiempo, rondan en la misma rutina al filo del peligro. Ahora no solo en la calle existe cualquier cantidad de riesgos, sino también hay acecho en mi propia casa. El agua se convirtió en la principal causa de las enfermedades cutáneas, algo que a largo plazo no solo me afecta a mí, es a todos quienes nos servimos de ella, tal como lo comenté con los vecinos antes de salir a Caracas.
Los consejos van y vienen. Al vernos, Andrés me habló de duchas rápidas y antialérgicos, los vecinos de mi zona toman tácticas de antaño para combatir algo que ha tomado y devastado un pulmón natural del calibre del embalse La Mariposa. Algo que puedo ver a diario situado a escasos metros de mi casa. Allí, La Bora y los desechos cubren gran parte de su territorio en el estado Miranda.
A pesar de salir esa tarde y evitar que este pensamiento carcomiera mi mente, a ratos, el cerebro me traiciona y repite como una suerte de película la angustia que vivimos diariamente mi familia y mis vecinos del Cují, un sector de Miranda ubicado en la parte de atrás del embalse La Mariposa.
Ir a la universidad, salir con Andrés y acudir a cualquier lugar se convirtió en un drama y no por lo ajetreado de la agenda. Todo viene concatenado al calvario que se sufre para siquiera salir de una zona plagada de señas que te recuerdan cuan frágil es el equilibrio natural.
Al regresar a casa, teníamos una clara visión hacia el embalse. Ambos ironizamos sobre el hecho de vivir tan cerca y no contar con el agua. Estamos sudados y optamos por las toallitas húmedas para asearnos un poco, con la esperanza de escuchar el sonido de la regadera anunciando que llegó el agua, pues llega una o dos veces a la semana.
Cuando llega el vital líquido aprovechamos de limpiar, lamentablemente no podemos ingerirla, pues nos da temor por la gran cantidad de bacterias acumuladas, tierra, piedras y mal olor que sale de la misma.
La verdad es que el agua huele a mierda. Creo que ni hirviéndola se puede tomar.
Mi familia y mis vecinos nos las tenemos que jugar todo, desde pedirle algún amigo o amiga que nos permita bañarnos en su casa hasta tener que acudir a lavar la ropa en una lavandería, esto hace que sea un verdadero desastre, donde además se nos altera todo el presupuesto familiar. Ya conozco todos los baños de mis amigos, y a veces resulta súper incómodo.
Esta es la historia de Ángela Yánez y su familia, quienes son unos de los tantos habitantes que curiosamente viven detrás de La Mariposa, y también desde hace ya algunos meses padecen el severo racionamiento de agua, por las condiciones críticas que se encuentran los embalses que surten a la ciudad de Caracas y el interior del país.
El gobierno habla de una de las mayores sequías de la historia de Venezuela, mientras que diversos especialistas y los sectores de la oposición denuncian la falta de previsión y de planificación.
Afectados por una política dividida, una crisis sin precedentes, y una emergencia en el área de la salud, a los venezolanos se le suma una nueva preocupación: el suministro del agua en sus hogares y observar como la Bora, la suciedad, el abandono y la brujería invaden al Embalse de La Mariposa, el cual ha venido sufriendo un constante deterioro ambiental y un bajo rendimiento de la capacidad real del embalse y de la calidad de las aguas que suministra a la población.
Algunas autoridades han asegurado que están trabajando en dicha problemática del embalse dónde no sólo se han encontrado desechos y hasta restos de animales producto de Cultos Ocultos, esto sin dejar de lado hasta algunos cadáveres humanos.
En cuanto a la Bora, esta ha afectado el Embalse La Mariposa desde hace varios años, recordemos que este embalse surte del vital líquido al 94{ac04f564c6aa2936db73049c08be666e4621e8f34ed7f4912bcc69ad0ea1833d} de la población de los Altos Mirandinos y el 14{ac04f564c6aa2936db73049c08be666e4621e8f34ed7f4912bcc69ad0ea1833d} del Área Metropolitana de Caracas.
Andrés quedó impactado al ver el calvario que estábamos pasarnos para asearnos en medio de un inmenso calor, ya no tenía puesto mi hermoso vestido, lucía pegajosa por las toallitas húmedas y compartió conmigo un mismo pensamiento. Bañarse y estrenarse un vestido nuevo es ahora un lujo y una odisea en Venezuela.
Vanessa Navas
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