El diputado Miguel Pizarro dejó la batería y el bajo en la banda de rock Kolumpio para convertirse en uno de los políticos más jóvenes del parlamento venezolano. Con sus brazos completamente tatuados y la sonrisa que siempre lo ha caracterizado, no dudó en revelarlo todo.
A sus 28 años, su rutina comienza desde las 5 de la mañana, cuando revisa los mensajes telefónicos que no ha podido responder. Luego hace ejercicio, se prepara para salir al Parlamento, con la finalidad de asistir a las reuniones pautadas y empezar a atender la agenda que varía dependiendo del día la semana.
Desde el Hemiciclo no vaciló en romper el hielo de la entrevista y vestirse de sinceridad para contarnos parte del cambio que ha conllevado ser diputado a corta edad, tal como sus colegas parlamentarios del bloque opositor José Manuel Olivares, Stalin González, y Ángel Medina, con quienes muestra consonancia en pensamiento.
De la tolda roja también podría decirse que se identifica con Fernando Soto Rojas. Aclaró a su vez que a pesar de no compartir sus ideas, tiene respeto por Óscar Figuera, quien también es secretario general del Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Atareado por el día acontecido en las cercanías de la Asamblea Nacional, pues los partidarios del chavismo se encontraban en las afueras gritando consignas, mientras que del otro lado estaba todo cercado por la bomba colocada en la esquina de Pajaritos donde se está la zona administrativa del Parlamento, el diputado rememoró los altibajos de la lucha estudiantil, que hoy ha caído en el juego de la polarización.
“Actualmente al movimiento estudiantil le ha tocado una época difícil, pues la Universidad debe reinventarse, a diferencia de la época que a mí me correspondió (…) Creo que estos estudiantes tienen el gran reto de la reivindicación propia de la Universidad y la urgencia del cambio en Venezuela puedan asumir su sintonía para avanzar”, sostuvo.
¿Todo lo vivido en la política ha valido la pena, a pesar de estar alejado de la familia? una pregunta que siempre llega e invita a tener una mirada retrospectiva que trajo consigo una valiosa respuesta: “Creo en que en la vida todo lo que uno hace en política y este oficio ha valido la pena”.
El comunicador social de la Universidad Central de Venezuela extraña en algunas ocasiones poder compartir con sus amigos e ir al cine, pero agregó que el oficio despeñado también le ha dado alegrías y pequeñas victorias.
“Esto hace que termines alegre con lo que esta labor, cuando una persona te da las gracias, te reconoce con confianza porque tú puedes defender esos derechos y te muestra una sonrisa, vale mucho más que estar viendo una película o estar saliendo. Esto es un mecanismo de alegría distinto a las satisfacciones tradicionales”, aseveró el parlamentario.
Sobre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, las fichas más fuertes de una propuesta de país lejos de la compartida por la Mesa de la Unidad Democrática, Pizarro opinó que “ellos están profundamente desconectados de la realidad. Viven en un mundo paralelo y los que sufren son todos los venezolanos. Haciendo que no tenga asidero en sus visiones políticas para atender lo que estamos viviendo, porque están aislados”.
Tatuajes, jovialidad y rock
En cuanto a las colas criticadas por el chavismo reiteró el llamado que siempre ha hecho la oposición al gobierno: “Cambien el modelo económico. Nosotros desde la Asamblea Nacional hemos realizado propuestas legales para reformar ese modelo que trae cola, escasez, dificultades”.
La incógnita sobre quién sería el chavista más peligroso llegó sobre la mesa, pero Pizarro reflexionó sobre este punto y aclaró que «no hay un militante que sea peligroso. Lo peligroso es la negación y la desconexión del otro. Lo arriesgado es asumir que el poder y la política te dan patente para atacar o decidir cómo es la vida de millones de personas, sin tomar en cuenta sus necesidades”.
El diputado además confesó que muchas veces le ha provocado «golpear algún diputado en la Asamblea… pero no diré a quienes”.
Para Pizarro, pertenecer al mundo de la política puede causar alguna atracción de las chicas, pero “uno tiene que saberlo ponderar; porque la política tiene muchas lunas de miel, y lo más importante es entender que en este oficio uno es un mortal”.
No se considera un Dios, ni un rey, porque tiene momentos en que tiene opiniones públicas a favor y momentos en contra.
-¿Qué te gusta tomar?
-No me gusta beber. Me fastidia la gente borracha.
-¿Con qué político del chavismo te has caído a birras?
– Aunque no me gusta tomar, tengo conocidos del oficialismo desde hace mucho tiempo como Héctor Rodríguez que lo conozco desde la universidad, pero famosos no hay… Si tengo muchos conocidos que antes eran chavistas y ya hoy no lo son, tengo amigos del oficialismo pero eso no me hace menos opositor y a ellos menos chavistas.
-¿Qué banda te gustaría que viniera nuevamente?
-Con nostalgia y lleno de recuerdos dijo que le gustaría que Venezuela fuese nuevamente el país donde traían a tantas bandas a tocar espectáculo, como por ejemplo Dos Minutos. «Muchas bandas han dejado de venir en esta crisis»
-¿Cual es tu deporte preferido y tu Hobby?
-Aseguró que su deporte preferido es el fútbol y su hobby correr, además de ser adicto a la lectura para formarse y cuestionarse.
-Obtuviste un gran apoyo como diputado en algunas zonas como Petare ¿Tiene aspiraciones de ser alcalde de Sucre?
-Me gusta mucho la Asamblea, mi vida es una vida parlamentaria, si no sé ordenar mi cuarto bien, imagínate que yo me ponga a arreglar un municipio. No tengo aspiraciones de ser alcalde, no me gusta.
Ante la interrogante planteada sobre la mesa acerca de la posibilidad de un diálogo con Nicolás Maduro, Pizarro no mostró reservas sobre este escenario, siempre y cuando estuviese encaminado a un pronta solución de los problemas que se enfrentan en el país.
«Definitivamente sí estoy dispuesto a conversar con él y con todo el mundo. Más allá de las diferencias debemos entendernos, y buscar soluciones. Si es con Maduro, bienvenido sea. Si no con quien tenga que ser”, dijo.
Para cerrar una ronda de preguntas que se convirtió en una montaña rusa de recuerdos y remembranzas de un rebelde que dejó de lado las mieles de la juventud para dedicarse de lleno a la política, Pizarro envió un mensaje a los jóvenes que quieren irse de Venezuela.
“Quédense. Los jóvenes estamos peleando, somos responsables de construir al país del futuro. Si todos los buenos nos vamos, los malos se van a quedar con esto y Venezuela es muy hermosa para que se lo regalemos”, finalizó.