Para nadie es un secreto que muchos venezolanos queremos irnos demasiado, y lo que es peor, no regresar. Y de algún modo es lógico, con tanto peo en Venezuela, la crisis económica, la inseguridad, Maduro…, y un sinfín de situaciones que a todos nos tienen bien cansados, es más que obvio pensar en una opción así. Sencillamente, ya no se puede vivir plenamente. Y es que no se trata de ser exquisito en el vivir o exigir mucho, se trata simplemente de vivir medianamente bien y debajo de una tierra que responda a tu esfuerzo e intereses. Desafortunadamente nos encontramos en una situación país que nos impide alcanzar incluso nuestros propósitos más cercanos y ni hablar de los de a largo plazo
Por supuesto, hay excepciones, y son de digna admiración. Muchos venezolanos se han quedado en el país a seguir echándole bolas por salir adelante, pero no ha sido ni es una tarea fácil. Requiere de mucho compromiso y trabajo.
Somos emprendedores en crisis, porque generalmente no necesitas estar en un estado crítico para querer emprender, solo quieres echarle bolas, y lo haces, y sin embargo este es un fenómeno que está sucediendo en Venezuela y que crece y crece cada día. No es que sea malo, al contrario es muy bueno. Como dicen por ahí: «mientras unos lloran, otros venden pañuelos», y es exactamente lo estamos haciendo los emprendedores en crisis, trabajar duro con la esperanza utópica de que algún día todo mejore y que todo ese sacrificio de buenos frutos.
La otra cara de la moneda son los venezolanos que se dejaron de guëvonadas y no lo pensaron dos veces y ahora quieren irse del país y hacer una mejor vida lejos de él. También es totalmente comprensible y valedero. Estamos en la Era de la Información y danzamos al ritmo de ella: si no encuentras la respuesta en el mismo lugar que siempre buscas, acudes a otro y así hasta que encuentras lo que buscabas.
Muchos de estos venezolanos, emigrantes en potencia, tienen la esperanza de regresar algún día y ver a su Venezuela tal cual como la conocieron ellos o sus familiares, como otros que para atrás ni para coger impulso. Sea cual sea la razón y las consecuencias, estamos en todo nuestro derecho de buscar lo mejor para nosotros.
Como venezolanos que somos sí nos preocupamos por nuestros coterráneos y lo menos que queremos es que pasen penurias en tierras desconocidas, es por ello que hemos decidido darte algunos consejos valiosos antes, durante y al llegar al destino que hayas elegido. No vamos a hablar sobre qué debes meter en tu maleta o qué país elegir, sino más bien qué cosas sacar de tu cabeza y qué otras sí meter.
Paren bolas, pues:
1. No te quedes solo con la educación de la escuela o la universidad.
Por ser la primera es quizá la más importante. Mis panas, si no saben ni trabajar en una hoja Excel, cocinar un huevo o medio hablar un idioma, están fritos. Que los otros países estén mejor que el nuestro no quiere decir que les abunda trabajo y oportunidades para ustedes. Debes hacerte de buenas habilidades que te permitan conseguir un trabajo estable y con un ingreso mediano, y no estamos hablando de «yo se lavar platos, señor» o «hago unas láminas divinas en anime», hablamos de habilidades importantes y que sirvan en cualquier país.
Aquí algunas sugerencias:
-Cursos de cocina o suficiente experiencia en el campo. Aprende de cocina venezolana más que un Filet Mignon francés. Si eres venezolano lo primero que te preguntarán al entrar en una cocina extranjera es si sabes hacer unas buenas arepas o un rico pabellón.
-Cursos de bartender y mesonería. Sea aquí en la Patagonia o en Pekín, TODO EL MUNDO va a necesitar un bartender o un mesonero. Deja tu orgullo a un lado y agarra escuela en estos campos, te sorprenderá lo rápido que vas a conseguir trabajo por allá.
-Domina todas las herramientas disponibles en tu computador. Coño, no puedes llegar con solo saber meterte en Facebook o editar tus fotos para el Instagram. Debes adquirir todos los conocimientos informáticos necesarios, así como el uso de plataformas virtuales, desde Skype hasta WordPress. Lo creas o no, hay un alta demanda de personas con este tipo de experiencia «básica».
-Aprende inglés. El inglés abre las puertas en cualquier parte del mundo, aun en un país de habla hispana. Si no puedes aprenderlo a la perfección, no importa, con que sepas mantener una ligera conversación y comprender lo que te digan, tendrás muchas más oportunidades.
-Valida tus estudios de bachillerato y universitarios. Necesitas tener todos estos papeles al día. Por más que te hayas quemado las pestañas estudiando sino lo demuestras en papel estarás más que jodido. Es muy probable que si tienes todos los papeles en día y una carrera realizada obtengas mejores oportunidades laborales.
2. Deja la bebedera de miche y guarda mucho dinero.
Todos estamos claros que la moneda venezolana no vale un coño, por lo que tendrás que reunir mucho más dinero del que, digamos, hace una semana pensaste. Olvídate de gastar dinero y maximiza tus ahorros. Tienes que entender que es un sacrificio que debes hacer si quieres buscar una mejor vida. Además, no puedes llegar con una mano adelante y la otra atrás. Debes tener un «colchón» que te permita, mientras consigues trabajo, mantenerte con vida. Lo más importante de esto es que estás creando el hábito del ahorro y de dejar de gastar innecesariamente en cosas que solo te proporcionan felicidad momentánea.
3. Deja la viveza criolla y la gestoría corrupta atrás.
No hay una vaina más venezolana que la viveza criolla y el chanchulleo. Tienes que olvidarte de esas actitudes y pensar en que la vida fuera del país es totalmente distinta. No estamos diciendo que por allá la gente sea santa ni nada por el estilo, estamos hablando de que TU marques la diferencia y no nos hagas quedar mal lejos de Venezuela (pasa, señores, pasa) y aprendas a hacer lo correcto por las vías correctas.
4. Olvídate del faranduleo y sé humilde.
Amigos, por favor, dejemos esa actitud también atrás. Está bien, en Venezuela nadie puede tener un Iphone o las mejores Timberland fácilmente, y quizás fuera del país si los consigas y puedas ser muy feliz, pero a ver, vamos a jerarquizar prioridades. Si te fijas en la gente de otros países, no anda con ese güevo de pantallear sus vainas, o quizás sí, pero ya tienen cubiertas prioridades más importantes como: hogar, trabajo, dinero ahorrado, una cama. ¿Quieres farandulear y montarte en tu mejor pinta cool? Fino, pero primero échale bolas a obtener ingresos y sostener tus necesidades básicas.
Esto aplica también para los panas que son burda de borrachos y quieren probar todos los licores habidos y por haber fuera del país. También, nadie te dice que no lo hagas, te decimos que lo hagas después de establecerte y tener algún ingreso para costearlo. No te vayas a comer los ahorritos tuyos, los de tus papás y hasta los que pediste prestado.
5. Si te vas de Venezuela, deja el odio en Venezuela.
Coño, te vas del país a otro quizá más de pinga, con gente más chévere, mejores gobiernos, sin colas y con luz, y ¿vas a sentarte en tu Facebook a odiar a Maduro, estar pendiente de los peos y hasta echar madres con el nuevo vecino que ni idea sabe que es bachaqueo? Vamo a calmano. No maltrates todo el sacrificio que hiciste con estar mortificándote también fuera del país. Acóplate al nuevo país y aprovecha de buen modo la oportunidad que te estás dando.
6. No todo se resuelve a los coñazos.
En Venezuela es muy común, y más ahora últimamente, resolver todo a los golpes e insultos. Eso no está bien. La violencia nunca es la respuesta para nada. Si eres de esos panas que cuando alguien se les queda mirando fijo un rato vas y les dices «qué mira, becerro» mejor desempaca y quédate con tu complejo de boxeador. Ni aquí ni en ninguna parte será bien visto este tipo de accionar. Compórtate bien y aprende a dialogar cuando las cosas se tornen complicadas.
7. La segunda más importante: sé la mejor versión de ti.
Cuando decidiste irte del país, lo hiciste porque querías un nuevo rumbo en tu vida y nuevas oportunidades para ti y para tu familia. Es el momento preciso de pensar un poco en ti y replantearte como persona. Enmienda tus defectos y sácale provecho a tus valores, únelos con lo bello del nuevo país y se un buen venezolano en el exterior.
Muy seguramente se nos haya escapado alguno que otro consejo valioso, sin embargo, estos fueron los que más nos parece priman a la hora de querer irse del país. Porque no solo se trata de agarrar una maleta y chao, se trata de mentalizarse completamente en lo nuevo que se acerca.
Quizá te vayas y no regreses, algo que de algún modo nos entristece pero sabemos entender. Si te vas y regresas, no retomes, por favor, todos esos malos hábitos, al contrario, saca todo lo bueno que ahora eres, todo lo bueno que aprendiste y todo lo que aun estás dispuesto a lograr. Estamos seguros de que tu aporte como persona será el cambio que todos necesitamos en Venezuela.