Los payasos.
El hombre de la cara pintada te ha dado miedo. Acéptalo. Aunque de sus manos florezca un globo en forma de perro salchicha verde, el hecho de que tenga el cabello rojo, unas lágrimas falsas en ambas mejillas y la cara blanca como la tiza, hace que te cagues como si estuvieras enfrente de un asesino en serie.
Y si el payaso en realidad no tiene la mínima intención de matar, sino en realidad quiere que disfrutes, haciéndote reír con chistes profundamente graciosos, ¿por qué su presencia nos hace sentir incómodos?
Un estudio reveló que los payasos generan más temor e incluso horror, por encima, incluso de los que suelen inmolarse en nombre de Alá.
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Cuolrofobia es el término designado por los científicos para explicar la sensación de pánico que brota de nosotros cuando observamos un payaso.
La investigación, que se propuso en 2016, buscaba hacer una encuesta a 2.000 estadounidenses con el objetivo de comprobar que porcentaje de personas sentían miedo de esos personajes de circo.
Los datos que arrojó al estudio fueron demoledores. Más de un 42{ac04f564c6aa2936db73049c08be666e4621e8f34ed7f4912bcc69ad0ea1833d} manifestó sentir incomodidad o miedo al ser observar la silueta facial de un payaso, y es que, precisamente, eso es lo que nos genera miedo; no poder descifrar sus facciones nos induce a una sensación de creciente temor que se apodera a tal punto de quedarnos paralizados en el acto.
La coulrofobia, incluso, sacó más porcentaje en relación a otros eventos que podrían inducir a las personas a sentir pánico o temor. Detonaciones que sean muy próximas al individuo o sufrir el coletazo de un desastre natural, están por debajo del miedo a los payasos. Increíble, ¿no?
Varios de los científicos apoyados en expertos del tema determinaron que hay un riesgo de sentirse vulnerable frente a ellos porque son impredecibles», dice, precisamente, Friedemann Schaub, clínico y autor de The Fear & Anxiety Solution.
«Cuando vas al circo no sabes si te van a hacer sentir avergonzado o te van a hacer subir al escenario para burlarse de ti. Los payasos tienen un sentido de poder sobre ti».
La cara de los payasos viola los parámetros normales a los que estamos programados para reconocer una expresión facial confiable», dice Bruce Cameron, terapeuta de Dallas que ha tratado a muchos pacientes con coulrofobia.
«La experiencia es perturbadora porque el cerebro hace un esfuerzo extra para descifrar el significado de la cara para diferenciar si es amigable u hostil. El maquillaje hace más difícil reconocer las emociones o la intención«.
Ahora que conocemos las causas que mutan en un profundo miedo a esos habitantes del circo, nos queda una duda por resolver.
¿De dónde surge esa manifestación o evocación de ese sentimiento de inseguridad nos atenazó al ver a un payaso por primera vez?
Pues los científicos, actualmente, siguen en pruebas para determinar la razón, sin embargo, han hecho otra serie de estudios, que, al menos, nos pueden conducir a una pista.
Una investigación en Israel, muy reciente –hace dos meses-, tuvo como objeto de estudio a más de 1.000 niños en un ambulatorio, mientras eran visitados por los payasos de hospital.
Aunque la cifra es muy baja, se sitúo en 1,2, los científicos notaron que cuando los pequeños advertían la presencia de los payasos, inmediatamente, comenzaba a llorar, y algunos, buscaban refugio detrás de sus padres.
Noam Meiri, doctor que lideró la investigación, luego de observar los hechos, expuso su conclusión. “Es un número muy pequeño, pero puede servir de puente para trabajos en el futuro”.
Sin embargo, otro estudiosos del tema, argumentan que la coulrofobia necesita fortalecerse como término pues aún es muy débil, además debería tener una definición más exacta, porque fácilmente podría hacer tropezar a los científicos que busquen un tratamiento.
“Nos preocupa decir que la coulrofobia siempre es ‘irracional’… decirle a la gente que es irracional por sentir peligro podría hacer que no busquen un tratamiento«.
Volviendo con Friedechman Schaub, toca un punto realmente interesante sobre otra de las causas que puede crear inquietud e incomodidad cuando las personas estén próximas a un payaso.
El cine, como elemento visual, tiene un gran potencial para comunicar, sin embargo, la gente, víctima de lo que observa, puede caer en los arquetipos violentos que practican los payasos sangrientos en las películas de terror, y de inmediato, relacionan, ese miedo que sienten en las salas de cine, proyectándolo de forma inconsciente, cuando advierten la cercanía de un tierno payaso.