El descaro existe, se llama Gobierno Bolivariano de Venezuela y, de tantas razones que existen te explicaré la más reciente.
Para nadie es secreto que en el país sudamericano habita un intolerable e incómodo desabastecimiento. La falta de producción nacional e inversión en tierras propias ha hecho que el Estado haya recurrido a importar todo tipo de productos desde el exterior, entre tantos, el papel.
Y a eso me refiero.
Hace unos cuantos días, el director del SAIME, Juan Carlos Dugarte, declaró que a partir del 1 de noviembre, el lapso de tiempo para esas personas que se les haya vencido su pasaporte y no lo hayan renovado se extenderá. El presunto motivo fue que debíamos ayudar al “ambiente” y por eso no se estaban produciendo más.
¿Ustedes creen que uno es tonto?
Como venezolano me indigna que a pesar de estar conscientes de todo lo que sucede en el país, haya gente que crea en un proceso errático que día a día le enseña el mundo de qué está hecho, sin tapujos, y sin secretos.
Los únicos que se mienten son ellos mismos, pero los desamparados somos todos.
Cabe destacar que la evidencia está totalmente frente a nuestros ojos. Aquellos que vivimos aquí, tenemos claro que el dinero que se invirtió para la fabricación de papel se lo robaron, como lo han hecho con todas sus “inversiones”.
Y para colmo, los supuestos “líderes opositores” siguen negociando el “futuro” de la nación con estos delincuentes.
Dicen por ahí que la gente aprende a los golpes, pero no entiendo qué clase de personas son estas que representan a una gran mayoría que se siente inconforme con el proceso oficialista.
Colocar la otra mejilla no sirve, estos simplemente son juegos de barrio, y como en aquellos tiempos de niñez, está ganando el más vivo de todos.
De nosotros depende ser los ingenuos que se dejan abofetear, o convertirnos aquellos que alzan la cara y no se rinden para poder ganar.
Tú decides, venezolano.