Esta tendencia existe desde hace mucho tiempo pero últimamente ha creado muchos suicidios y asesinatos. Aprende más acá sobre esto
El Bullying es sencillo de explicar: es cuando alguien que se cree mejor que tu o los demás se mete contigo agrediéndote física, verbal o psicológicamente por cualquier medio posible.
Estas situaciones no son como cuando hacen un «chalequeo» o un «juego de manos». Son actitudes que tienden a ser pasadas de la raya y tienen graves consecuencias.
¿Dónde comienza el Bullying?
Muchos psicólogos y especialistas han estudiado por qué existe el bullying. Dicen que factores personales, familiares y sociales del agresor y la víctima son las principales cosas que promueven el bullying, además de la cultura social escolar.
En el caso del agresor: las relaciones y sentimientos de los padres del agresor hacia su hijo modelan las cosas que el niño repetirá en su escuela o grupo social. La característica común de los agresores es la falta de empatía. O sea, no se saben poner en los zapatos del otro y no entienden las consecuencias de sus actos.
Casi siempre el agresor piensa que la víctima «se lo merecía» porque la víctima activó una respuesta que despertó lo violento en el agresor. «Fuck Logic» ¿cierto? El agresor (bully), cree que recibe fama y buena reputación demostrando ante los demás que es fuerte al producir miedo con aquellos que no pertenecen a su grupo.
En el caso del agredido: este tipo de personas es difícil de describir sin parecer que uno los señala o ataca, pero ahí les va: casi todas las víctimas tienen en común que en sus casa son sobreprotegidos. Esto no les da un desarrollo social normal porque se vuelven personas retraídas y socialmente incómodas cuando está en lugares desconocidos con personas extrañas.
Ojo, eso es sólo el perfil más común. No todas las víctimas y agresores son iguales, perfiles como «El gracioso», «el casquillúo», «el gallo» y «el machito» pueden ser tanto agresores como víctimas. Lo importante es que tienen en común que se les hace difícil socializar y demostrar claramente sus intenciones de «respetar y hacerse respetar».
¿Cuáles son las consecuencias?
Socialmente el agredido se debilita. En su grupo de «amigos» sería el debilucho que todos maltratan y en su casa «un niño que está en la adolescencia y anda pasando una fase difícil». Académicamente irá hacia el fondo porque no estará concentrado en los estudios sino tendrá la idea de que su agresor o agresores podrían hacerle daño de nuevo y se desconcentra a causa de la ansiedad y estrés.
El miedo y la sensación de incompetencia unido al sentimiento de culpa hacen que se le haga prácticamente imposible comunicarse claramente, pudiéndolo llevar a casos de depresión que llevarían a consecuencias gravísimas.
Para el agredido lo importante es también buscar una solución sana a los problemas y entender que esto es sólo una etapa que la mayoría de las personas viven y superan.
Las víctimas del bullying normalmente quedan marcados emocionalmente. El autoestima les baja y anímicamente se sienten por el piso. Pero más que visitar un psicólogo o un terapeuta o llorar en tu cuarto, te recomiendo estas ideas donde podrías utilizar esa energía negativa y volverla positiva.
¿Quieres descargar tu frustación? Practica deportes
Si te interesa algún deporte en grupo, como fútbol, béisbol o basket, anímate a intentarlo. Estar entre un grupo de personas que buscan ganar y ayudar a la causa te sube los ánimos brutalmente. También si quieres hacer deportes individuales existe la natación, el skateboarding, manejar bicicleta, etc. Esos deportes también te ayudan socialmente porque harás amigos que se interesan en lo que haces además que descargas energía y adrenalina.
Otros deportes individuales que ayudan por partida doble sería practicar deportes de contacto. Boxeo, Kung-Fu, Muai Thai o MMA te ayudarán a descargar la ira que tienes y enseñarte a pelear mientras sacas músculos. Mal plan no es ¿no?
¿No te gusta el deporte? Expresa lo que sientes:
Si te gusta la música: agarra lápiz y papel, escribe lo que sientes, dale forma, coje un instrumento y destácate.
Si te gusta escribir: haz un blog con las historias que vives, bien sean completamente reales o imaginarias.
Si te gusta dibujar: vuélvete loco soltando las imágenes que sientas en la cabeza.
Lo importante es que debes dejar salir tus ideas y expresarlas de la manera en que te sientas más cómod@. Además, si tienes talento, estarías haciendo lo que te gusta y te pagarían por eso ¿Malo?
La base de estos consejos es que conviertas tus demonios internos en cosas que te den un mejor estilo de vida. Mira la historia de varias personas que fueron víctimas de bullying y ahora son superexitosos y adorados por todos.
Un cuento sobre el bullying
Fui víctima del bullying durante casi un año. Fue cuando estaba en 7mo grado por un «compañero del salón» que se creía más malo que los demás. Estábamos en el mismo grupo social pero yo era la sopita cuando a él le picaba el Cu** y tenía ganas de joderme.
En mi casa parecía que no tenía problemas, pero cuando estaba solo me deprimía y me arrech*** «que la vida fuera así». Una vez llegué a casa con una citación porque no aguanté más y me caí a golpes con el chamo. Al otro día fue una locura porque me regañaron por no decir nada y el otro chamo supongo que también le dijeron sus cosas, pero no se quedó quieto.
Un día mi cuñado de esa época (que me llevaba como 10 años, algo así) se sienta a hablar conmigo sobre el asunto. A nivel de «pana» uno se siente más en confianza y dice más y mejor las cosas. Resulta que su hermano estudiaba en el mismo liceo que yo -el estaba en 9no grado- pero no nos conocíamos, y el hizo «el favor» de presentármelo y hacer que me la pasara con su grupo de amigos, lo cual fue genial porque era algo que necesitaba. Cambiar a un grupo social más estable, que nunca tenía problemas y se encargaba de hacer deportes, buscar chicas y tripear por ahí fue lo mejor que me pudo haber pasado en ese momento.
Pasó el tiempo y el chamo que me jodía me buscó de nuevo, esta vez en la calle. En medio de la pelea y el alboroto que causan las «peleas de liceístas» llega uno de mis nuevos amigos y llama a sus otros amigos que no son del liceo. Ya el rollo no era del bully conmigo, era como con 10 personas contra 3. El bully se intimidó y me dejó tranquilo y más nunca me llegó a ver ni nada, el por su lado y yo por el mío.
Mi grupo de amigos se encargó de darme un puesto en el que era igual a ellos, con todo y nuestras diferencias de edades y de gustos, me dieron lo que se llama «calle», viviendo experiencias que no viviría si hubiese estado con el grupo de mi salón. Desde ir a toques y rumbas, practicar deportes, enseñarme a hablarle a las chicas y madurar. Me chalequeaban, claro, pero no al estilo que un bully haría. Aún sigo en contacto con varios de ellos, unos no siguen vivos y otros se mudaron a otros lados, pero la amistad sigue siendo la misma.
[divider]Consejo para las víctimas de bullying: esto no es para siempre[/divider]
Lo importante es que esto es una etapa, y hay casos de personas que lograron salir adelante con sus vidas siendo exitosos mientras el bully se volvió malandro y anda preso (o muerto) por dejarse llevar por ese estilo de vida.
En las noticias vemos muchas historias de gente que es víctima de bullying y la solución que tienen es llegar con un arma y disparar o recurrir al suicidio, pero la verdadera solución es tener una buena comunicación con la familia y amigos y buscar una solución sana al tema.
Si quieres hacerle frente a tu bully, hazlo todas las veces que te moleste y no tengas miedo de lo que piensen los demás si los denuncias y te llaman «pajúo». Esa etiqueta no durará toda la vida y pronto la olvidarán. Quiérete, ten autoestima, busca otros amigos o actividades que distraigan tu mente, respeta y hazte respetar.