Pasiones que nunca esconde. Un “disidente”, como se autodenomina, que se compró sus primeros cassettes de rock con el dinero que ahorraba de su merienda o lo que ganaba embolsando productos en un mercado, su primer trabajo.
Toda Venezuela sabe quién es Julio Coco, o al menos los que tienen redes sociales. Unos lo aman y otros lo odian. Algunos viven inquiriéndole que es un chavista disfrazado y otros lo consideran un bastión auténtico de la resistencia al gobierno actual. El punto es que un activista político bastante controversial, que cuando no está cuestionando lo que hace el Gobierno (y la oposición) en su twitter o facebook, habla de rock y beisbol. Pasiones que nunca esconde. Un “disidente”, como se autodenomina, que se compró sus primeros cassettes de rock con el dinero que ahorraba de su merienda o lo que ganaba embolsando productos en un mercado, su primer trabajo. Compras que para un niño de 12 años eran atípicas: Queen, Led Zeppelin y Sepultura. Una epoca que recuerda como si hubiese sido ayer. Y así, como si se tratara de una conversación en una tasca con par de cervezas bien frías, aquí te mostramos otra cara de Julio Jiménez aka Julio Coco.
–¿Qué le veía un niño de 12 años al rock?
–Me parecía una cuestión muy rebelde, otra vaina, otra forma de expresar las cosas. En mi casa siempre se escuchó salsa y mucha música venezolana, cosas que le gustaban a mi papá. El sonido de la batería fue lo que me cautivó siempre, me pareció una forma chévere de decirle al mundo muchas cosas. Se las decías rápido, se las decías duro. Decías lo que tenías que decir.
–Entonces estabas buscando un modo de expresión lineal… ¿sin tantos adornos?
–Una cuestión más plana y que no tuviera que ver con el entorno. Era chamito, mi papá nos había abandonado y entonces vivíamos en una zona clase media empobrecida y luego en un barrio. Eso no se veía por ahí y yo no me identificaba mucho con la forma como se expresaba la gente de mi edad en ese tiempo.
–¿Cómo el metal te ayuda a enfocarte? ¿Cómo es ese proceso?
–Yo estudié Química y lo que hacía era ponerme a escuchar metal con un termo de café y una caja de cigarros a echar números. Mis noches eran de metal, de química, física, algebra. Eso me ayudaba a enfocarme porque toda esa vibración a mitad de la noche cuando el cerebro está produciendo más, mi cerebro se activaba más rápido y esas neuronas estaban como un carro de Fórmula 1.
–Y eso te ayuda a ti en los temas políticos ¿no?
–Por supuesto, y no solo en los temas políticos sino cuando estamos en un clima interesante a nivel social y a nivel político. Una noche me desconecto de Twitter, me pongo mis audífonos, pongo metal extremo y me pongo a escribir. Hago diagramas DOFA, matrices y voy depurando mi opinión. Entonces ante cada tema ya tengo un conjunto de respuestas previas, por eso ves que en Twitter me preguntan algo y ya yo tengo mi respuesta. No porque me las sepa todas sino que dediqué un tiempo de mi vida a concentrarme, a analizar y a pensar para tener claridad sobre los temas.
–¿Cuál es tu canción preferida de todos los tiempos del rock’n’roll?
–“One” de Metallica.
–¿Cuál es el soundtrack de tu momento actual? Tres canciones que definan tu momento actual
–Hace ratico estaba escuchando “Killing In The Name” de Rage Against The Machine, a propósito de lo que pasó con Henry Ramos [risas]. Lo puse a propósito. Y en los últimos tres días he estado escuchando mucho Mötorhead, a raíz de que murió Lemmy Kilmister, quien creo que fue un rol de Jimmi Hendrix y luego sirvió de inspiración a bandas como Metallica y Iron Maiden. Yo sí era fanático de eso, no me monto en las modas.
–¿Qué soundtrack de tres canciones le pondrías a Venezuela en estos momentos?
–Yo le pondría una de rock ‘n’ roll que es “Take The Power Back” de Rage Against The Machine. Una que no es un rock, se llama “Vigilándote” de Roberto Roena, me gusta mucho la salsa también. Y le pondría una canción que ahorita no recuerdo el nombre pero es de un rapero venezolano. Que aunque a mí no me gusta el hip hop ni el rap, ese muchacho está diciendo cosas interesantes. Y esa canción tiene que ver mucho con el momento que está atravesando el país.
–Nómbranos ahora tres canciones para el mundo
–Sabes que estamos en la mitad de la segunda década del tercer milenio, el mundo ha variado. Todo el hecho del internet, las redes sociales, ha cambiado mucho la forma cómo se hace, cómo se mercadea y cómo se percibe el arte musical. Yo pondría “Elevation” de U2 porque yo creo que estamos la generación de los millenial y todo eso. Un segundo tema que me parece que aunque es de los 90’s es representativo, tiene que ver mucho con lo que está pasando de que los chamos exponen sus emociones y la niñitas son muy duras; “Losing My Religion” de REM. Y “Master of Puppets”, es una canción para hoy.
–¿Cuál es tu ‘Power Song’? Esa canción que tú utilizas para agarrar energía
–Eso está facilísimo, “Walk” de Pantera.
–¿Qué canción tú le dedicarías a Henry Ramos Allup?
–Tengo muy gratos recuerdos de las canciones, no son motivo de odio o de despecho. Para mí la música es un hecho positivo. Por eso no escucho cosas como bachata o rancheras, porque la música no es para estar llorando sino para algo positivo, algo alegre.
–¿Una canción a Diosdado Cabello?
–A ese le podemos dedicar “Hammer Smashed Face” de Cannibal Corpse.
–¿Y a Maduro?
–Yo le dedicaría “El Gato Volador”.
–¿A Chávez?
–A Chávez yo nunca lo apoyé. Siempre respetaré la capacidad que tuvo de imbricarse con las masas y ahorita escogí una buena canción de despecho para ver cómo los chavistas están abriendo los ojos con respecto a todo lo que fue la estafa del chavismo y de la revolución bolivariana. Yo no se me sé muchas canciones de despecho pero tiene que ser una muy cruel y llorona.
–¿Una de Jose Luis Perales, algo así?
–Sí, una cosa así. Un bolero de esos.
–¿Una canción para esos políticos con tatuajes que también rockean, como el diputado Miguel Pizarro?
–Miguel Pizarro, a quien conozco, yo le dedicaría “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana para que siempre se acuerde de donde viene y para donde tiene que ir. Más allá de una representación política, es una representación social en una época de cambio. Un chamo con esos logros a mí me hace sentir orgulloso de donde viene.
–¿Y a Melanio Escobar?
–A mi pana Melanio hay que dedicarle una canción de Sentimiento Muerto
–¿Qué rockero admiras por como es, no solo musicalmente, sino también por lo que ha logrado?
–Bono, a pesar de que no es mi estilo de música, yo creo que Bono se hizo un lugar en el mundo por su beligerancia política; es un tipo que se mete en la ONU, en los tribunales de la Haya, hace de embajador. Él usa su influencia musical para impactar en las políticas de muchos países.
–¿Y cuál rockero odias?
–Yo no odio a nadie. Pero hay uno en particular al que le tengo “cosita” porque realmente el tipo ha hecho todo lo posible por hacerse detestar que es Paul Gillman.
–¿Qué opinas de esa contradicción de Gillman? Un rockero apoyando un gobierno militarista…
–Te daré mi opinión de Gillman que no tiene que ver con lo que hace hoy en día. Es un tipo oportunista, él era un tipo full metalero hasta que le dieron espacio en Sábado Sensacional y empezó a cantar versiones locas. Después hizo un mix con el regreso del metal muy bueno como “Escalofríos”, muy bueno el disco con excelentes canciones, resumió un montón de cosas y después las enfocó para donde no era. Él quiere ser el embajador del rock nacional, como que si eso existe. Yo creo que el rock es una cosa universal, con excepción de Gran Bretaña que su folckore es el rock. Tuvo la oportunidad de tener su programa en VTV y luego de que le financiaran su festival. Ha hecho lo que ha hecho buscando oportunidades, pero él también se busca una iconografía que no es lo que él se cree. Y yo le perdí el respeto cuando fue a la audición de Iron Maiden, cuando escogieron a Blaze Bayley y él supuestamente era el mejor del mundo. Gillman ya no tenía voz, ese tipo está quemado. Entonces él pretende que todo el que le guste el rock tiene que rendirle reverencia y eso no es así, el rock es una estructura plana. Pero al mismo tiempo es un modelo de negocio y Gillman no es competitivo a nivel internacional. Él toca nada más en sus toques porque nadie lo contrata y son gratis porque nadie paga para ver a Gillman. Eso te dice mucho de lo que es él. Y la última que hizo, esa ridiculez en Twitter, eso lo que da es vergüenza vale, de verdad que sí.
–Rockero creyendo en brujería…
–Un tipo que te cantaba rock rebelde pasa a arrodillarse ante unos militares, ante unos corruptos, ante un poco de cosas. Eso no se entiende.
–Si tú tuvieras la capacidad de montar un festival en Venezuela, ¿quién sería la cabeza del cartel y sus dos teloneros?
A Venezuela le urge Metallica. Para que las nuevas generaciones entiendan cómo fue la transición de lo que fue la onda de Heavy Metal de los 70’s con las inspiraciones que tienen los grupos del 2000’s. Yo creo que habría que traer a Metallica, no me queda ninguna duda.
–En la historia, ¿cuáles son tus grupos de rock preferidos en Venezuela?
–Hay algo simple, el mejor grupo de rock en la historia de Venezuela, reconocido por todo el mundo se llama Desorden Público. Esa es la identidad del rock en Venezuela, junto a Los Amigos Invisibles y Caramelos de Cianuro.
–¿Y Zapato 3?
–Por supuesto, yo soy fanático de Zapato 3. A ellos los vi en vivo cualquier cantidad de años.
–Desorden Público a pesar de tener mucho de ska y trompetas, ¿tú los metes dentro del movimiento del rock nacional?
–Sí y son la cabeza del rock nacional de todos los tiempos.
–Ok, una respuesta inesperada pero válida
–Claro, y la trascendencia no solo de Desorden Público sino de cualquier banda de este tipo de música tiene que ver cuando le gusta a la gente que no es tu audiencia natural. Es una cosa como Guaco, a todo el mundo le gusta Guaco, hasta a los rockeros satánicos. Es parte de una identidad nacional, es como decir Oscar de León y Simón Díaz. A quienes les gusta la música y el arte, tienen que reconocer esa clase de legado.
–Los que no hicieron nada por la escena rockera nacional pero aún así obtienen reconocimiento ¿a quién nombrarías?
–Sentimiento Muerto. No comprenderé nunca ese mito y esas cosas. Sí, rayaban paredes, pero no me parece la gran cosa. Están supervalorados.
–¿Cómo ves tú la escena del rock venezolano actual?
–Yo creo que esos grupos son buenos. Yo he visto a Famasloop en vivo, tengo los discos y he visto también a ViniloVersus y a Los Mesoneros. También me parece que Rawayana son buenísimos. Lo que pasa en Venezuela es que el rock Nü Metal pareciera que no despierta la misma pasión a diferencia de la escena mundial pero me parece que son excelentes grupos. Ahora, de todos, el que más me llamó la atención y me parece que es increíble es ViniloVersus. Me parece que Rawayana y Famasloop tienen cosas interesantes que decir, tienen para escribir.
Me gusta mucho también Charliepapa y Los Humanoides, me parece que estos últimos son unos virtuosos.
–El rock siempre ha sido muy contestatario y ha venido desde abajo, de clase obrera a nivel mundial. Y muchas de estas bandas han sido catalogadas como niños sifrinos y de clase pudiente. ¿Tú estás de acuerdo con eso?
–Esto tiene mucho que ver con la movida rockera que hubo cuando destacaron Los Beatles, por ejemplo. O el movimiento Grunge en los 90’s. Cuando tú estás establecido en la clase media y te empobreces, hay una reacción. Yo fui al Festival Nuevas Bandas y hay una banda, que no recuerdo cómo se llama, que tienen una canción sobre el secuestro porque a los cuatro miembros de la banda los secuestraron. Yo escuché por ahí una banda que habla del dólar negro. O sea, si eso es lo que le está doliendo a la juventud venezolana y eso es lo que quiere expresar yo creo que es importante. Con todo el problema de la represión política, la represión económica y la represión social a la cual nos ha sometido este régimen político, al que medio tenía y ahora no tiene se ve más afectado que el que nunca ha tenido. Con eso hay que estar muy claro. Yo recuerdo que en los años 2000’s, cuando salió “yo no soy liberal, tampoco soy comunista” y el otro “pásame la botella”, esa movida del rock que no decía nada, que era el rock de la rumba… viene a ser sustituido por estos chamos que tienen un mensaje. Incluso, muchos dirán que es un mensaje de clase media, pero yo que he oído algunas de esas canciones con mucho detenimiento hablan del barrio, hablan del bachaqueo, hablan de la inseguridad, hablan de un conjunto de cosas que, dada la realidad del país, es un mensaje que abarca al 90% de la juventud venezolana.
–¿Algunas palabras finales que tengan que ver con el rock ‘n’ roll?
–Hay algo que nunca me preguntan en las entrevistas y siempre lo he querido decir: mientras haya un muchacho con ganas de tocar guitarra y gritarle su verdad al mundo, el mundo tendrá futuro, hermano, por eso es que no soy esa clase de rockeros puristas que se anclan en el pasado. Algo que sea nuevo no significa que sea malo, yo creo que lo nuevo siempre será mejor, avanzan las ideas, avanza la tecnología y yo le deseo la mejor suerte y cuentan con mi apoyo los rockeros venezolanos no solo en el arte, sino en la vida. Sonará cliché pero es verdad, el rock no es solo un estilo de música, es una actitud, hermano.
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