Elon Musk es un visionario que tiene las prioridades bien claras. Desde elaborar cohetes hasta la creación de fuentes renovables de energía, Elon ha apuntado siempre hacia el futuro, buscando salvar la tierra y a su principal habitante. Ahora, que no era de extrañarse, el Tony Stark de carne y hueso planea, en un futuro no muy lejano, unir nuestros cerebros a máquinas, convirtiéndonos en cyborgs.
Elon Musk es un paranoico del futuro, y no nos parece que esté mal. Para él, la idea de que los humanos no integremos nuestros cuerpos con la tecnología es correr el riesgo de convertirnos en las mascotas de las máquinas, algo así como en Yo, Robot. Suena descabellado, pero tiene mucha razón.
Neuralink, es una compañía fundada por Musk que tiene como objetivo exclusivo de hacer que nuestro cerebro pueda conectarse con las máquinas. Una especie de «lazo neuronal», afirma Musk, que permitiría a los humanos cargar y descargar ideas y pensamientos a un dispositivo y que con el tiempo permitiría, por ejemplo, realizar búsquedas en Google sin necesidad de escribirlas, solo pensándolas.
Aunque tanto la empresa y la idea en sí están solo en borrador, Elon y su equipo planean iniciar en los próximos meses y comenzar combatiendo enfermedades como el Párkinson, la epilepsia y afecciones neurodegenerativas, mediante una especie de implantes craneales.
Todo apunta a una unión humano/máquina, pero no del modo drástico que podríamos imaginar. Solo comenzando con algunos implantes en el cerebro y así. De cualquier forma, nuestra camino para convertirnos en cyborgs ya lleva años trazado. ¿O olvidamos nuestros implantes en las extremidades, caderas de platino, brazos biónicos?