Jim Morrison.
El 3 de julio de 1971 el Rey Lagarto fue encontrado con los ojos cerrados en la bañera de su cuarto.
Numerosas versiones rodearon su muerte.
Su esposa, Pamela Courson, dijo que había sufrido un paro cardíaco, pero el libro «The End» escrito por Sam Bernett sugiere otro final.
Primera teoría
Según el extracto de los últimos capítulos, Bernett señala que Jim y Pamela estuvieron en la madrugada del 2 de julio de 1971 en el club Rock and Roll Circus.
«Morrison desapareció en los baños del club después de una fuerte sesión en la que no faltaron el vodka y la cerveza. Acababa de comprar una dosis de heroína para su amiga, Pamela».
Luego, el capítulo teje una teoría diferente al hilo de su muerte oficial.
«Tuvieron que forzar la puerta de los baños. Jim estaba allí con la cabeza entre las rodillas y los brazos caídos». «Su cara estaba gris; tenía los ojos cerrados, había sangre en su nariz y saliva blanquecina como de espuma alrededor de la boca, ligeramente abierta».
Llegado a este punto, pueden creer que la teoría pudo saber sido inventada por alguien que simplemente quería tener sus 15 minutos de fama. Y probablemente esa conclusión a la que llegan ustedes, tendría algo de verdad.
Pero Sam Bernett era el dueño del bar Rock and Roll Circus, así que lo situaba en el lugar del suceso. E incluso, hubo otros testigos que también presenciaron la horrible tragedia.
En una entrevista que se publicó en el 2014 en la revista Rolling Stone, una mujer da otra pequeña pieza para ir armando el rompecabezas.
«Siempre fue una groupie, en ese entonces, salía con un tipo francés que vendía heroína. Su nombre era Jeanne de Breteuil, él fue el dealer que vendió los gramos de droga a Morrison. Pero su muerte fue accidental», aclara.
Continuando con el libro «The End«, Bernett menciona que de Breteuil se desapareció del bar apenas comprendió lo que había pasado, y en que su lugar emergió la figura del fotógrafo Patrick Chauvel.
«Morrison se sintió mal en los baños y yo ayudé a transportar su cuerpo inconsciente. No sé si estaba muerto. Pudo morir en su casa», sostiene.
Eso explicaría el lugar de origen en donde encontraron al Rey Lagarto.
La alteración de la escena de la muerte teñía aún más de suspicacia el suceso debido a que Danny Sugerman, el mánager de la banda, anunciaba la noticia a sus familiares después de 9 días.
Sugerman se escuda en la excusa de que eran necesario que su fallecimiento no formase parte del trágico circo mediático que experimentaba el entorno de Jimmy Hendrix o Janis Joplin, que, curiosamente, expiraron durante esas fechas.
Así que la especulación fue en aumento y hechos posteriores al asunto no hicieron sino encender la duda a sus aficionados.
Segunda teoría
Se rumora que fingió su muerte para escapar de la vorágine del estrellato. Sus pasaportes y tarjetas de créditos seguían en plena vigencia, e incluso, se tomó la declaración de un banquero que había realizado un depósito a un tal Jim Morrison.
Testigos en Los Ángeles, Estados Unidos comentaron que vieron a un tipo idéntico a Morrison frecuentar pubs y bares de mala muerte que la banda The Doors también visitaba.
Incluso uno de los integrante de la mítica banda, Ray Manzarek le echó más leña al fuego de la duda.
«Si existe un tipo capaz de escenificar su propia muerte –creando un certificado de muerte ridículo y pagando a un doctor francés– , poner un saco de ciento cincuenta libras dentro del ataúd y desaparecer a alguna parte de este planeta –África, quién sabe– ese tipo es Jim Morrison. Él sí sería capaz de llevar todo esto a buen puerto».
Muerto de un paro cardíaco, asesinado por un camello ignorante o quemando su propia fama y escondiéndose en el gran continente africano; lo cierto es que Jim Morrison fue uno de los íconos más influyentes del Rock clásico y su recuerdo seguirá ondeando en el aire siempre que suene una canción de The Doors.