Acá les dejamos dos casos totalmente opuestos de chamos, como tú y como yo, que descubrieron que sus padres eran homosexuales
La semana pasada, caminando por una plaza caraqueña, me topé a una compañera de la universidad. Para contarles sobre ella, la llamaré María. Me acerqué a saludarla, estaba tan pálida que le ofrecí un poco de agua y me senté un momento a su lado. Antes de que pudiera preguntarle si se sentía bien, me dijo:
«Mi papá es gay»
Hasta ese momento nuestra relación se limitaba a haber coincidido en un par de materias, algunos chistes y saludos en pasillos. Se acababa de enterar y estaba tan necesitada de poder decirlo en voz alta que el hecho de que haya sido a mí fue fortuito.
En un ataque de sinceridad, le confesó que estaba muy feliz y necesitaba compartir ese sentimiento con ella: «tengo más de un año con Raúl. Estoy feliz. Estamos pensando en mudarnos juntos», le dijo.
Su problema no es que sea gay, me dice. Sí la sorprende pero no le importa, me dice. De ipso facto le preguntó si su madre -de quien lleva divorciado 11 años- lo sabía. La respuesta fue sí. Se sintió aliviada.
Me aclara que, de alguna forma, se siente confundida. Su relación siempre ha sido muy cercana, a pesar de no vivir juntos, y le causa molestia no haberlo sabido desde siempre. Le dejó claro que su amor era incondicional y que podía contar con ella. Pero al salir del encuentro necesitaba sentarse -donde la encontré- y no pensar en nada.
Al despedirnos me prometió que le daría un abrazo y le diría que todo estaba bien entre ellos. Luego a mí se me antojó saber más sobre el tema.
[divider] ¿Un papá gay? [/divider]
El caso de María no es el único ni mucho menos el último en el mundo. Aunque muchos hombres -y mujeres- homosexuales -o bi- tienen hijos porque así lo desean, otros -como el padre de María– lo hacen intentando cumplir con el «deber ser de la sociedad» para evitar ser juzgados. Así me lo hace saber la psicóloga María Andreína Acevedo.
- La reacción de los hijos ante el tema siempre dependerá de la educación que se les haya dado en el tema. Si se educó con prejuicios sobre la homosexualidad, obviamente, la respuesta no será positiva
- La capacidad de afecto a sus hijos es incuestionable
- No existe una estadística que mida un aproximado de los padres con inclinaciones sexuales diversas
- No tiene por qué ser motivo para que la relación cambie -para bien o para mal-. Puede pasar, sí, pero no es obligado
- Muchas veces quienes son más duros con su condición son los mismos padres homosexuales
- El momento correcto para confesarlo a sus hijos es cuando se sienta la necesidad de hacerlo
[divider] Otra reacción -no tan bonita- [/divider]
Convencido de que la reacción de María no era la única me propuse conseguir el testimonio de otras personas. No fue sencillo pero a través de amigos llegué hasta alguien que llamaré Fernando. A los 14 años se enteró -de una manera no tan bonita- que su padre era homosexual: lo encontró en la cama con otro hombre. Al menos 6 años han pasado y desde entonces no tiene ningún tipo de contacto con él. Ninguno de los dos intentó establecerlo.
Todavía no le perdona que haya engañado de esa manera a su mamá (estos sí vivían juntos cuando se destapó la olla). No lo ha vuelto a ver y, aunque ha evitado escuchar sobre él, lo último que supo -hace un par de años- fue que seguía viviendo con aquel hombre.
Intento preguntar cómo le hace sentir la situación y solo encoge los hombros y hace una mueca de «no me importa». Luego dice que la sola idea lo perturba y con eso cierra la posibilidad de seguir hablando del tema.
[divider] Lo que digo yo [/divider]
Hay una frase de la Anna Karenina de Joe Wright que me encanta. Es cuando se termina de derrumbar la relación entre Karenin y Anna y este le reprocha por su hijo Seriozha. Ella le responde que moriría por su niño pero no seguirá viviendo así por él (Seriozha). Y dice: «Cuando conozca el amor me perdonará».
Son contextos un poco distintos. Pero estoy convencido de que semánticamente aplica para el caso de Fernando y todos estos casos en general.
¿Ustedes qué dicen?