Por Carlos Villavicencio
Cuando nos enteramos de que Guillermo del Toro estrenará una nueva película, lo primero que pensamos es «Hey, ojalá sea tan buena como El Laberinto del Fauno», pero lamentablemente eso no ha sucedido hasta el día de hoy. Sin embargo, eso no quiere decir que La Cumbre Escarlata (Crimson Peak) no sea una buena película, sino todo lo contrario, nos encontramos con un filme repleto de misterio y suspenso que nos dejará pegados a la butaca del cine durante sus casi dos horas de duración.
La Cumbre Escarlata nos cuenta la historia de Edith Cushing (Mia Wasikowska) una talentosa joven con aspiraciones de ser una gran escritora que, luego del misterioso asesinato de su padre, decide mudarse a Inglaterra para iniciar una nueva vida acompañada de su esposo Sir Thomas Sharpe (Tom Hiddleston), un joven hombre de negocios que oculta un terrible pasado. Edith tendrá que luchar con los tormentosos y oscuros secretos que esconde su nuevo hogar, una mansión en ruinas mejor conocida como «La Cumbre Escarlata», y con la misteriosa hermana de su esposo, Lady Lucille Sharpe (Jessica Chastain).
La película se vende a primera vista como un gran filme de terror, pero la verdad las escenas escalofriantes van disminuyendo a medida que avanza el filme, dejándonos con tan solo una verdadera película dramática con un ligero toque de fantasía gótica u oscura típico de los filmes de Guillermo del Toro. El montaje y el vestuario merecen un verdadero aplauso, como también la destacada actuación de Jessica Chastain, que aunque muchos la amen, no podrán evitar odiarla o al menos sentir una sensación de amor/odio hacia ella.
La Cumbre Escarlata, si bien no es la mejor película de Guillermo del Toro, nos dejará con un buen sabor de boca y totalmente satisfechos o complacidos de haber disfrutado de muy buen cine sin lugar a dudas.
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