Petra Laszlo es ejemplo de intolerancia y racismo.
El incidente que ha llegado a las principales agencias de noticias del mundo es el sucedido con la camarógrafa húngara, Petra Laszlo, quién agredió físicamente a un hombre con un niño y a un adolescente, mientras estos se encontraban cruzando la línea fronteriza entre Hungría y Serbia, y trataban de no ser capturados por las autoridades y ser deportados.
Desde hace unos meses, los conflictos armados en Siria, Yemen y Libia se han agravado, haciendo que la crisis migratoria de ciudadanos de estos países afecte de manera contundente a Europa. Las personas llegan esperanzadas de tener una mejor vida en un país que está en paz. Sin embargo, se ven afectados por diferentes dificultades, entre ellas el racismo.
Mucho se ha comentado sobre la actuación de Laszlo. No obstante, más allá de su actuación, que dejó mucho que desear, la gran pregunta es ¿Dónde queda su ética humana y profesional? Ciertamente, la situación muy delicada, pero eso no justifica que su humanidad y empatía quede completamente desplazada por el odio y el racismo hacia un grupo de personas que buscan un futuro mejor y se arriesgan a salir de sus países persiguiendo el sueño de vivir en un estado de paz.
A pesar de ser despedida por la cadena N1TV, lugar donde trabajaba, podría enfrentar cargos y ser sentenciada a 5 años de prisión por su agresión. Sin embargo, el verdadero conflicto es la imagen que proyectó tanto como humana como por profesional.
Ahora, no queda más que enfrentar la situación de la migración con la mayor humildad posible y por un segundo ponernos en el lugar del otro.
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