Una gente la pensó demasiado y logró hacer un negocio con el uso de Instagram. Mira cómo va la cosa acá
Pixelist es una compañía en que su servicio va en convertir las fotos brutales que tomaste en Instagram en una pintura real. Medio Obra de arte la cosa.
La idea es revolucionaria ya que me mezcla «la vieja escuela» del arte visual utilizando lienzos óleos y caballetes con «la nueva escuela» que es más digital con sus smartphones y tablets con Instagram como eje principal.
La idea de la gente de Pixelist muy sencilla: «esas fotos que todo el mundo toma con el celular, y comparte con sus amigos en Instagram, no tienen por qué perderse en el olvido. Qué mejor idea que llevarlas al living de la casa, pero convertidas en pinturas».
Lo único que hay que hacer es enviar la imagen a los artistas de Pixelists, que luego la reproducen en lienzo por un cómodo precio. Sólo debes pedir el tamaño en que quieres el cuadro, que puede ser desde 30 x 30 centímetros a 1,8 x 1,8 metros.
Y si quieres puedes decirle qué cosas deseas que resalten y qué cosas no quieres que salgan en la pintura. Más fácil imposible ¿No?
Los precios van desde los 90 hasta los 1000 dólares. Un precio más que cómodo si piensas que tu foto se vería mejor montada en la sala de tu casa y no salga pixelada por la impresión, el tamaño de la foto y broma.
Nos preguntamos si a la hora de tener un negocio así ellos se lanzan una de «pintemos todo lo que manden» o dirán «mira, no pana».
Sería muy chimbo ver en tu casa fotos haciendo duckface, mostrando los cuadritos o los pechos y peor aún, pinturas de comida por montón.
Con información de Infobae