De todas las películas nominadas al Oscar este año, es muy probable que Roma sea la mas polarizante. Por eso, preguntamos en nuestra sala de redacción y los argumentos fueron tan extensos que decidimos dividirlos en dos publicaciones.
Y Yalitza también…
César Cortez Mendez
Diego ha intentado varias veces terminar de ver Roma en sus vacaciones de diciembre. Alentado por la llave entre su director Alfonso Cuarón y Netfilx, estaba seguro de que se encontraría la película del año, nacida de la depurada técnica cinematográfica y el toque sensible que ha caracterizado las producciones del mexicano asentado en Hollywood. La precisión de relojero de Gravity con el revolcón emocional de “Y tu mamá también” y la capacidad de entretener que caracteriza a “Los hijos del hombre” o “El prisionero de Azkaban”.
Pero la tercera vez que se durmió antes del minuto 20 de la película, Diego confirmó que estaba totalmente decepcionado de Cuarón y Netflix. Se encontró con kilométricos planos en un blanco y negro insípido que hablaban de una familia “x”, demasiado parecida a la suya o a una que vivía varias cuadras más allá. Una vida simple como cualquier otra, retratada en tiempo real, en la que nunca acontece nada y todo pasa cuando todos creen que está ocurriendo lo mismo de siempre.
Se trataba de una película aburrida, carente de recursos audiovisuales deslumbrantes o al menos divertidos y con severas fallas en la construcción de la historia. Una Roma sin romanos, circo, leones y ni siquiera un buen plot que anunciara las grandes victorias para los generales del pueblo.
Fue Yalitza quien convenció a Diego de darle otra oportunidad a Roma. Acababa de conocerla en un fin de semana de surf en La Guaira, como en una encrucijada del destino. Se la presentó a su mejor amigo Gael y pronto se dieron cuenta de que los tres eran los más fanáticos de las películas y las series en todo el litoral central. Al llegar al tema de Roma, ella les soltó que se moría de ganas de verla con alguien para compartir las lecciones del filme.
Según comentó, a nadie que conociera le había gustado la película y no se atrevían a intentar volver a verla con ella. Diego aceptó porque lo interpretó como una invitación velada a intimar con una linda chica, estaba seguro de a dónde iban y de que estarían haciendo ella, Gael y él antes del enésimo plano de pupú de perro con avión en un cielo blanco y negro.
De lo primero que habló Yalitza fue de rebeldía. Por su mirada contemplativa, su cámara pasiva, su carencia aparente de recursos, Roma es lo opuesto del cine efectista. Del abuso de los gráficos por computadora, de los lugares comunes narrativos, del éxito fácil con el público masivo gracias a la prevalencia de la forma sobre el fondo.
En los tiempos cuando la audiencia, tiene el control de todo, Roma obliga al espectador a permanecer 135 minutos,totalmente desarmado de las herramientas básicas con que cuenta para mantenerse al mando de las historias. Un punto de vista lo atestigua todo sin intervenir. No hay efectos de sonido, movimientos de cámara o rostros familiares, capaces de anticipar lo que viene. Roma es como el transcurrir de la vida misma, simple y a la vez compleja, monótona y llena de cambios.
Salvando las distancias naturales que separan a todas las obras, la película de Cuarón muy a su manera evoca a otra producción polémica y celebrada: Boyhood de Richard Linklater. Ambas películas de ficción buscan reflejar la realidad con una precisión documental en el manejo cronológico. Mientras en Boyhood ves a los actores cambiar su fisionomía a lo largo de 14 años sin otro recurso que esperar su trascurrir natural, en Roma las cosas mínimas de la vida suceden en tiempo real y sin metáforas audiovisuales, hasta el cotidiano aparcamiento del coche en el garaje de la casa.
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Diego permanecía inmóvil ante las palabras de Yalitza, hechizado por las horas de película y la posterior disertación. Iba a preguntarle de donde había salido exactamente cuando llegaron al tema del blanco y negro. Una película mexicana con esta colorización siempre evoca a la Edad de Oro, más aun si va rumbo a compartir el panteón de los grandes clásicos.
Aun así, Roma escapa de las propuestas ya exploradas entre los amantes de fotografía retro. El resultado es diferente al contraste nostálgico de The Artist (Hazanavicius) o Blancanieves (Berger) o a la mirada distorsionada del comic noir a la Sin City (Miller). El blanco y negro de Roma vibra al ritmo de recuerdos más viejos respaldado por la nitidez contemporánea del 4k y los 65 milímetros con que fue registrado. Su imagen interpreta los colores con una infinita gama de grises inusual en la gran pantalla y las pequeñas también.
Para Yalitza decisiones como el uso del blanco y negro y específicamente ese tipo de blanco y negro son un claro indicio del alto nivel de compromiso que tiene esta película con la visión su autor. Por eso lo notable que resulta el reconocimiento mundial en el auge de las grandes franquicias que intentan abarcar hasta a la academia y durante el pleno surgimiento de la inteligencia artificial evolucionada para el aprovechamiento del big data.
Se habla de contenidos elaborados en base a algoritmos que logran caracterizar de manera cada vez más precisa la preferencia del público y de esta manera aseguran el negocio. Pareciera que en un momento ya no sería necesario el genio disruptor para hacer mover la industria, ya que el secreto del éxito comercial se encontraría en una millonaria fórmula matemática.
Esto último puede sonar a la paranoia de alguien usando un sombrero de papel aluminio sobre su cabeza, pero ya está pasando. Igualmente, siempre es alentador ver el triunfo, así sea temporal, del hombre contra la máquina,del artista creador en una gran industria. Después de todo, siempre quedará el mantra: el cine es una idea y una cámara.
Para el momento épico de la disertación de Yalitza, Diego entendía detalles probablemente imperceptibles a la velocidad de un click o un me gusta. En cierto sentido, Roma también es una película histórica que en lugar de presentar grandes eventos y personajes, muestra con un nivel de detalles casi obsesivo,esa especie de historia mínima, la vida privada de las personas comunes y la manera como el signo de una época les deja su impronta. No son héroes ni heroínas cambiando la historia, tan solo personas siendo modificados por su tiempo.
Varios aspectos de la trama de Roma son como migas en el camino de diversos temas. De manera muy distinta aunque probablemente con un efecto similar a “La danza de la realidad” de Jodorowsky y seguramente otras películas, Roma echa mano de la autobiografía de sus autores para abordar temas y recuerdos muy personales al tiempo que indaga en los grandes asuntos latinoamericanos como la identidad y la sociopolítica de la región. Cuarón lo hace insertándose en el microcosmos de una familia clase media de la colonia Roma de Ciudad de México durante los años 70, en medio de sus contradicciones y tensiones a lo interno y en relación con la sociedad que la rodea.
Allí,por ejemplo, está la tierna Cleo. Ella habla de las diferencias sociales, colonialismo, post-esclavismo, machismo y de la levedad del ser frente a las marejadas de la historia, sin esquivar una gran verdad universal: tras estos términos dignos de conferencias universitarias, subyacen infinitas historias de amor y dolor iguales en todos los seres humanos.
Diego no supo exactamente cuándo se quedó dormido. Una vez despierto comprobó que Yalitza y Gael dormían en uno de los cuartos. Mirando por el balcón pensó en como su mente era el punto de encuentro entre el océano y el cielo,una difusa línea lejana en la que se confunden el arriba y el abajo sin saber dónde comienzan o terminan. Fue al monitor para mover azarosamente el ratón. Pudo ver el nombre de Yalitza reflejado en una nota de prensa.
Yalitza Aparicio revela cuáles han sido sus ganancias tras el gran éxito de “Roma”
La actriz mexicana, Yalitza Aparicio, actualmente disfruta de las mieles del éxito que le ha dejado el triunfo del filme “Roma”.
Diego Comprendió que Yalitza, la actriz de Roma, compartía el mismo nombre que Yalitza, la chica con quien él y su amigo Gael compartieron el la noche anterior.Sonrió, fue hasta el espejo, tomó un poco de agua y sintió que los tres estaban por vivir algo que no olvidarían jamás pero eso es parte de otra película.