Si me conoces, sabes que Batman está en el Mount Rushmore de mis super héroes favoritos. Así que no es de extrañar que la redacción me haya impuesto la tarea de escribir sobre el cruzado enmascarado para celebrar sus 80 años.
Pero, ¿por qué Batman? La respuesta fácil sería decir que simplemente es el superhéroe más cool e interesante que se ha creado; pero si realmente quieres encontrar la respuesta, hay que meterse debajo de las miles de capas de plástico y producto adaptado para niños que DC Comics se ha encargado de publicar año tras año.
Para empezar, Batman es un superhéroe sin superpoderes ni habilidades suprahumanas que lo ayuden en su labor; esa primera característica lo separa del resto de sus colegas.
¿No me crees? Revisemos una lista corta de los superhéroes más conocidos: Superman es un alien que quiere salvar a la pobre y débil (en comparación con sus habilidades) raza humana. Spider-Man es un chico bueno con un cargo de conciencia del tamaño del mundo que, por casualidad, es picado por una araña radiactiva. Thor y la Mujer Maravilla son deidades que caminan la tierra y Capitán América es la idealización de todo lo bueno del mundo.
¿Entonces? Bruce Wayne puede tener todo el dinero del mundo, ser extremadamente inteligente y estar en excelente forma física; pero ninguno de esos atributos transforma lo que es en esencia: Un humano más que a través de disciplina, determinación, compromiso (y mucho dinero) se convirtió en la mejor versión de si mismo
Pero Batman no solo está donde está por su carácter positivo. Ni Batman ni Bruce son unos «super tipos». De hecho, están llenos de culpa, ira y deseos de venganza reprimidos; una combinación que se apoderó del guardián de Gotham cuando presenció el asesinato de sus padres.
Bruce se siente culpable porque, en medio del trauma por la muerte de sus padres, cree que su miedo fue un factor determinante a la hora de salvarlos. Por eso enfocó todas sus energías en tomar ese miedo y transformarlo en algo más. Algo que lo llevó de playboy billonario a vigilante enmascarado que se convirtió en la pesadilla de todos los criminales de la ciudad.
El psicólogo Carl Jung usó el término «sombra» para definir la suma de la debilidad, ira y cualquier otro remanente de instinto animal que persiste en la raza humana. Todos tenemos una sombra pero, conforme nos movemos dentro de las reglas de la sociedad se nos enseña a suprimir esos instintos primitivos. ¿Qué diferencia a Batman del resto? Simple: Batman vive en contacto permanente con su sombra. Detrás de su imagen pública se esconde un monstruo listo para atacar.
Batman es una fuerza capaz de combatir los miedos más instalados en la psique de sus enemigos porque él, en si mismo, es un arquetipo del miedo: El monstruo que usa la oscuridad como herramienta para acechar a su presa.
Pero en el universo de Gotham City, Batman no es nadie sin sus enemigos. Los rivales del cruzado enmascarado no son simplemente matones o villanos ordinarios, reflejos distorsionados de cada una de sus obsesiones que ponen a prueba que tan bien calibrada está su brújula moral.
Pasemos por los más conocidos: Scarecrow usa el miedo como su arma predilecta. ¿Two-Face? Aparte de la dualidad obvia, está obsesionado con la justicia; el Acertijo es el epítome de la inteligencia. El Pinguino tiene tanto dinero como el propio Bruce y Bane representa el exceso de aptitud física. ¿Catwoman y Poison Ivy? Una ignora el orden social para conseguir lo que quiere y la otra es capaz de abandonar cualquier rastro de humanidad para mantener su sentido de justicia. ¿Alguna de estas características les suena familiar?
Batman está en una pelea constante con la posibilidad de convertirse en aquello que juró combatir y ha mantenido su invicto durante estos ochenta años.
Al final del día, es el hombre que deseamos poder ser, pero como el que tememos terminar. Alguien que perdió la fé en el sistema y lo cambia por sus propias manos; alguien que, como nosotros, está a un mal día de distancia de convertirse en el villano de la historia.
Batman no es un simple héroe, sino un ideal que cualquiera puede perseguir.