Cuando un director de cine se enfrenta a una obra estratosférica como It, las expectativas siempre van a ser altísimas; es por eso que muchas veces las secuelas no lo logran. Este es el caso de It Chapter 2.
Para empezar, no da miedo
Lo primero en lo que pensamos cuando nos nombran al payaso más macabro de todos los tiempos es que viene un susto seguro; pero esta vez no flotó sino que se hundió. ¿Qué le pasó?
It Chapter 1 recaudó 7 millones de $US y fue una película emocionante; logró que la gente enloqueciera y no dejara de hablar de ella. Por supuesto, le jugó a favor el tiempo que se mantuvo la historia engavetada; no habíamos tenido noticias de Pennywise en mucho tiempo. Revisitar personajes tan icónicos después de un letargo que duró casi 30 años, es un tiro al piso en popularidad.
Pero en definitiva, el furor que despertó no se podrá comparar jamás con lo poco que podría alcanzar esta segunda parte, creada por Andy Muschietti y traída al mundo este agosto. No ha pasado ni un mes desde su tan esperado estreno y casi ni se habla de ella, ¿no les parece raro?
Aciertos y desaciertos
Quizás hayan querido apoyarse en el recurso del flashback para mantener la fidelidad, pero se terminó siendo excesivo. En vez de darnos más cosas nuevas y mostrarnos otra cara real de los miedos de los adultos, se quedaron estancados en lo mismo.
Se supone que cuando eres adulto, tus miedos (la mayoría de las veces) no siguen siendo los mismos que de niño. Entendemos que quisieron hacer una adaptación apegada a la historia pero… ¿y si le hubiesen agregado un poquito más de locura y nuevos temores?
A pesar de eso, hay cosas puntuales que rescatar como la actuación tan profesional de Bill Skarsgard. ¿Notaron que miraba en dos direcciones opuestas a la vez? Fue un gesto conseguido por él y no en post-producción como muchos pensaron; igual que esa mueca perturbadora de su boca casi imposible de imitar. Definitivamente el menor de los Skarsgard estuvo a la altura del compromiso que tenía en sus espaldas.
Otro de los aciertos fue la selección del casting y el trabajo del equipo de arte. Los actores niños y los adultos se parecen físicamente, solo fue cuestión de ajustar ciertos rasgos y estilos para que terminaran de calzar a la perfección. No siempre conseguimos tanta atención al detalle y eso se agradece.
Sin duda, esta será otra secuela más que caerá en el cementerio de las que no lo lograron. No bastaba solo con una estrategia de marketing ni apalancarse en los grandes nombres que la respaldaban; fue un film promedio que pasará al olvido muy pronto, solo esperemos que termine Halloween y será el momento de dejarlo ir.