El fin de semana volvimos a ver el Rey León; no el live Action sino la versión animada porque en esta casa somos así de nerds. En la conversa post-créditos, mientras recogíamos la caja de pizza, solté una de las mías: ¿Sabías que en realidad, los leones son una sociedad matriarcal? Técnicamente El Rey León no debería de seguir la historia de Simba y Mufasa, sino la de Sarabi y su heredera.
Si, la reina de la manada se llama Sarabi y este es un pequeño detalle del que pocos se acuerdan; todo gracias a la minúscula importancia que se le da, tanto en la hora y veinte minutos que dura la original o las casi dos horas que dura el live Action.
Al día siguiente, gracias a los beneficios de seguir en Twitter la cuenta oficial de E! me enteré de algo de lo que aún no caía en cuenta: El domingo se estrenaba la decimoséptima temporada de Keeping up with the Kardashians. Dieciesiete años de silicón, excesos y vocal fry; diecisiete años del nacimiento de una de las dinastías más importantes de la cultura pop, nos guste o no.
Hace tiempo hice las paces con el hecho de que no me disgusta el clan K; eso sí, nada que ver con el que pretende reposicionarse en el cono sur. Las Kardashian son como el equivalente humano moderno de una manada de leonas. Mujeres poderosas que domingo a domingo demuestran que puedes amar a los hombres, respetarlos; pero realmente no los necesitas.
Siempre ha habido hombres que orbitan alrededor de estas hermanas, de hecho, si los reunimos a todos fácilmente tendríamos material para otro reality show; pero a pesar de todo, ese ejército de hombres no es parte integral del éxito de la familia.
El video porno que cambió la historia
Una de las razones mas utilizadas al hablar mal de las Kardashian es que muchos creen que Kim fue quien publicó su video porno para hacerse famosa; o que solo es famosa por culpa del video. Vamos por partes: Primero, el video de Kim se filtró sin su permiso. Segundo, hay millones de mujeres que tienen sexo –o graban videos explícitos- con hombres famosos; pero pocas se han mantenido bajo los reflectores como Kim.
La mayor de las Kardashians es famosa porque supo cómo crear y mercadear su marca después de una crisis personal, ¡ah! Y porque Kris Jenner es un puto genio.
Kris no tenía que hacerlo, pero lo hizo. La doña, a sus 52 años, podía haberse quedado en su rol de divorciada que almuerza con sus amigas; pero tomó la decisión de cambiar el destino de su familia un capítulo a la vez. Diecisiete años después, Kris es la matriarca que puede decirle a sus cachorras: “todo lo que toca la luz es nuestro reino” y al resto de las Kardashian no les queda de otra sino asentir.
Armada con un título de bachillerato, Kris se convirtió en la mente maestra que desarrolló el plano para construir el imperio. La matriarca Kardashian es gerente, mujer de negocios y sabe cómo hacer un gran trabajo multiplicando su dinero; ¿hay algo de malo en eso?
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Después están los chistes sobre sus carreras. A pesar de todas las críticas, las Kardashian son mujeres a la cabeza de negocios que valen millones, cuidan meticulosamente sus marcas personales y trabajan 24 /7. Pero ese éxito tampoco se convierte en un grillete a la hora de buscar otros rumbos; fijémonos en la incursión de Kim en el mundo del derecho. Ella probablemente está al tanto de que todo el mundo se está riendo de ella y hay quienes creen que no debería de hacerlo teniendo en cuenta sus antecedentes; pero a pesar de todo Kim sigue trabajando para lograrlo. ¿Lo hace por ganancias financieras? Es poco probable, sobre todo cuando su fortuna supera los 370 millones de dólares.
¿Será que la crítica a este grupo de mujeres tiene sus raíces afianzadas en la misoginia? Si revisamos los puntos más comunes, todos giran en torno a cómo se ven, o con quién se han acostado, o lo que hacen con sus cuerpos. Para unas mujeres que todo lo publican, hasta ahora no se conoce que le hayan pedido dinero a nadie para sus cirugías, viajes o cualquier otra extravagancia; no hay denuncias de maltrato o negligencia infantil ni nada por el estilo. ¿Entonces?
A lo largo de 17 temporadas, las Kardashian se han apoyado y defendido entre si. No importa si están en las buenas o en pleno conflicto; la hermandad está por encima de cualquier cosa. Se trata de negocios, trabajo y apoyo mutuo, que es una marca de feminismo que todos podemos respaldar.