El logro de Google con Sycamore, su super computadora cuántica, ha marcado un hito; un antes y un después que se equipara a los grandes momentos de los inventos tecnológicos. Algo como el vuelo de los hermanos Wright:
«El primer avión voló solo durante 12 segundos, por lo que no hay una aplicación práctica de eso. Pero mostró la posibilidad de que un avión pudiera volar “. Sundar Pichai, CEO de Google.
Para entender la magnitud de este avance debemos empezar por lo más básico: el cómo se hizo.
De Bits a Qubits
Sabemos que los computadores que todos conocemos se rigen por la física clásica; utilizan bits (sistema binario) en el que 0 y 1 tienen un estado exacto (o están encendidos o están apagados). Pero por fin llegó el momento de poner a funcionar la mecánica cuántica para ir más allá, y aquí es donde se complica un poco la explicación…
Los qubits, por su parte, realizan operaciones basadas en los conceptos de superposición y entrelazamiento cuántico, lo que básicamente les permite estar en dos estados a la vez; es decir, encendidos y apagados en simultáneo. De esta manera, se apoyan en las probabilidades para realizar cálculos complejos con una rapidez sorprendente.
Lo que ahora conocemos como computación cuántica es una teoría que llegó para modificar por completo la manera de hacer «casi» cualquier cosa, más allá de la construcción de un ordenador. Pero como a todo paso hacia adelante, también le salieron sus detractores.
Lee también Google sabe todo… ¡hasta cuánto porno estás viendo!
¿Por qué IBM se niega rotundamente?
El término #SupremacíaCuántica fue acuñado por el físico John Preskill para describir el punto en el que los #OrdenadoresCuánticos sean capaces de hacer cosas imposibles para los ordenadores clásicos. Ese umbral todavía no se ha cruzado.https://t.co/3wSaqUBsfc @europapress pic.twitter.com/2jEjpxZkdm
— IBM España (@IBM_ES) October 24, 2019
Además de la explicación más obvia de que son competencia, IBM insiste en que el logro de Sycamore también lo hubiese podido hacer su computador más avanzado, con la diferencia de que le tomaría un poco más de tiempo.
Mientras Google batió un record de 200 segundos resolviendo un problema que supuestamente a los demás le tomaría 10.000 años; IBM asegura que solo serían dos días y medio. La cuestión es que el tiempo también cuenta en esta carrera y hay muchos intereses de por medio.
Las proyecciones
Como era de esperarse, la imaginación de todos comenzó a volar ante la noticia y las suposiciones de una super máquina tipo Skynet, no tardaron en aparecer; pero no nos vayamos tan lejos…
Ya hablamos de que este avance supone un reto histórico, sí, el desbloqueo de un siguiente nivel. Pero solo es el primer paso que requerirá de años y más años de perfeccionamiento, estudios, e idas y venidas.
Se trata de los inicios para la tecnología del futuro; con aplicaciones que apuntan más hacia el área científica que al uso doméstico, al menos en principio y gran parte del recorrido. Es decir, se habla de un sinfín de proyectos que, incluso al estudiar las partículas en dimensiones cuánticas, hasta podrían descubrir nuevos materiales; al parecer, la industria farmacéutica será una de las más aventajadas.
Todavía no podemos definir concretamente para qué empezará a servir la computación cuántica, pero si hubiésemos tenido la oportunidad de preguntárselo a Alan Turing, seguramente lo último que respondería sería «redes sociales». Lo clave de esto no es el resultado inmediato sino las posibilidades y proyecciones que se desprenden de este hito. La promesa de un futuro que por ahora nos parece inimaginable.