Hay una nueva amenaza viral en el mundo y no estamos hablando del heredero al trono del meme del gato; sino del coronavirus de Wuhan. A finales del 2019, surgieron informes de una nueva cepa de coronavirus en Asia; con casos confirmados en Japón, Tailandia y China, donde comenzó el brote.
El coronavirus de Wuhan, como es conocido, afecta al menos a 300 personas; ha acabado con seis vidas y causa tanto miedo en la Organización Mundial de la Salud que se reunirán esta semana para determinar si estamos ante una emergencia mundial.
Pese a que las autoridades de Wuhan mantuvieron hasta hace poco la versión de que no hay nuevos diagnósticos en la región; los afectados no dejan de aparecer. Según un comunicado emitido este martes por la Comisión Municipal de Salud de esa región china 25 pacientes han sido dados de alta mientras que 169 continúan en aislamiento y siguen recibiendo tratamiento médico. De ese segundo grupo, 35 está en estado grave y 9 en estado crítico.
Frente a las cifras “oficiales”, un estudio del Centro de Análisis de Enfermedades Infecciosas Globales del Imperial College de Londres estima que, al menos hasta el 12 de enero, el número de infecciones probables se elevaba a 1.723.
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¿Qué sabemos del coronavirus de Wuhan?
El anuncio de la llegada del coronavirus de Wuhan, o 2019-nCov, puso en alerta a la población China, que aún recuerda la epidemia de SARS que acabó con más de 700 personas hace 18 años. Aparentemente, el 2019-nCov no es tan letal como su paisano, pero se transmite con igual o mayor facilidad.
Los síntomas provocados por el coronavirus de Wuhan son similares a los de una neumonía; es decir, incluyen fiebre y dificultades respiratorias. Aunque suena simple, los expertos han explicado que -dependiendo del paciente- pueden ser muy leves, graves o incluso mortales.
Por si fuera poco, ya se anunció que existen varios casos de transmisión del coronavirus de Wuhan de humano a humano. De hecho, hay 15 casos de personal contagiado a raíz de la estadía de pacientes infectados en los centros de salud. Además, esta semana se supo que el virus cruzó el océano, pues se registró el primer caso en Estados Unidos.
Entonces, ¿nos vamos a morir?
La mayoría de los especialistas están de acuerdo en que todavía es muy temprano para hablar de una pandemia global. Pero hay un aliciente que podría cambiar las cosas: El año nuevo chino.
Se espera que millones de personas se desplacen, tanto dentro de China como hacia fuera, por las festividades; razón suficiente para reforzar las medidas sanitarias en todas las provincias, estaciones y aeropuertos.
Por su parte, la población está tomando medidas. Aparentemente las mascarillas escasean y ya se disparó la venta de antibióticos automedicados; cosa que, a largo plazo, podría aumentar las probabilidades de la aparición de una cepa resistente a este tipo de medicamentos.