Los fans del reggaetón fácilmente podrían decir que este es el mejor momento del género. Después de todo, estamos viendo a los exponentes más conocidos jugar con los límites de lo posible. Pero nada es perfecto, después de todo por cada “YHLQMDLG” exitoso tiene que haber un “Colores” de J Balvin.
Donde Benito triunfa tras conseguir una falla en los cimientos del sistema, Jose intentó disfrazar un disco que parece haberse quedado a medio camino con la excusa de que se trata de un “album conceptual”. Pero, ¿qué hace diferente a este tipo de discos? Empecemos por el principio.
¿Qué es un album conceptual?
Como no quiero complicar demasiado las cosas, busqué la definición más simple posible. Básicamente, un álbum conceptual es un disco musical hecho para contar una historia o una temática en particular. ¿Ejemplos de discos conceptuales que quizás conozcas? American Idiot de Green Day, Good Kid, M.A.A.D City de Kendrick Lamar, The Black Parade de My Chemical Romance o Songs for the deaf de Queens of The Stone Age. Eso sin contar clásicos imperdibles como Tommy de The Who, Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band de The Beatles, The Rise and Fall of Ziggy Stardust And the Spiders from Mars de David Bowie o The Wall de Pink Floyd.
Video para «Rock and Roll Suicide» de David Bowie, tema que cierra la historia de Ziggy Stardust
No es un concepto nuevo; de hecho es una forma de presentar piezas musicales que tiene bastantes años de vida. Un buen ejemplo de álbum conceptual es el creado por Antonio Vivaldi y sus “Cuatro Estaciones”. ¿Por qué nos fuimos tan atrás? Porque a pesar de existir en el universo de la música académica, las cuatro canciones que componen la obra tienen un mismo objetivo: Manifestar el aprecio por la naturaleza y la habilidad que esta tiene para afectar nuestro estado de ánimo.
Si buscamos algo más cercano, tenemos The Wall de Pink Floyd. Las canciones de The Wall sirven como capítulos dentro de la vida de Pink, el personaje principal.
En su juventud, Pink pierde a su padre en la guerra, queda a cargo de su madre sobreprotectora y además es explotado en la escuela por un grupo de maestros con tendencias dictatoriales. Cada una de estas cargas es metaforizada a través de la imagen de los “ladrillos en el muro».
Video para «Another Brick in The Wall» de Pink Floyd
Cuando Pink crece, encuentra una razón de ser en la idea de convertirse en un ícono del rock & roll. Cuando lo consigue, se ve envuelto en un mundo de infidelidades, drogas y violencia que eventualmente acaba con su matrimonio y lo empuja a construir su propio muro y aislarse de la sociedad.
Del otro lado del muro, Pink empieza a perder la razón y tiene fantasías con el hecho de convertirse en un gobernante fascista que da conciertos e increpa a su audiencia.
Video para «Run Like Hell» de Pink Floyd
Como resultado, su conciencia lo somete a una especie de juicio que termina por exigirle que «derribe el muro» y regrese a la sociedad; donde finalmente debe hacer las paces con las personas a las que ha herido.
El final de The Wall vuelve al principio, con una continuación de la melodía durante la canción final.
¿Ven? Hay un motivo, una historia que convierte a todas las canciones en una especie de mini universo cohesivo. Un con-cep-to.
El arcoíris de Jose
La tarea de J Balvin no era fácil; después de todo, venía de lograr par de exitazos con Vibras y Oasis. Un back to back que no solo sirvió para cimentarlo como uno de los exponentes más importantes del género; también lo llevó a cerrar Coachella junto a Beyoncé y participar del medio tiempo del Super Bowl.
A pesar de la posible presión, Balvin estrenó «Colores»; un lanzamiento para que sus fans pudiesen «bajar la ansiedad de la cuarentena».
En «Colores», cada canción tiene el nombre de un color. La producción de cada tema es rica, precisa y pulida; pero eso no es suficiente para esconder el hecho de que nos enfrentamos a un grupo de canciones que suenan muy familiares a lo que estamos acostumbrados en el mundo del reggaetón.
En cada canción J Balvin intenta demostrar la extensión de sus habilidades; pero termina quedándose sin gasolina a mitad de camino. Quizás es eso, aunado a la disparidad entre canción y canción lo que me dejó con la sensación de estar frente a un collage sin terminar.
Eso si. Si hay algo que hay que reconocerle al lanzamiento de Colores es la indudable calidad del material audiovisual que le acompaña. Cada canción de Colores tiene un video musical dirigido por Colin Tilley aderezado con imágenes psicodélicas del artista japonés Takashi Murakami.
Video para «Blanco» de J Balvin
Pero más allá de esos detalles, que mas bien parecen atajos para salir del paso, en «Colores» no hay hilo conductor, ni historia, ni nada. Los álbumes conceptuales son planificados, para que todas sus canciones contribuyan a construir una narrativa o hablar sobre un tema en específico.
Así que no, querido José. No importa que el único rasgo común entre todas las canciones sea el título, o que hayas invertido un dineral en los videos que acompañan al disco. Ni tu ni tus fans pueden decir que Colores es un “album conceptual” para cubrir el hecho de que estamos frente a una idea que sencillamente no lo logró.