Llegó el fin de año y como siempre, ahorrar más está entre el top 3 de propósitos para el año siguiente; pero la verdad es que nada hacemos sin una estrategia.
Desde niños nos han enseñado que si metemos una parte de nuestro dinero en una alcancía, cuando lo necesitemos estará ahí multiplicado. Pero pasa que, de adultos, a muchos se nos olvida el cochinito y vamos gastando incluso más de lo que percibimos, con el cuento de que «Dios proveerá».
Un hábito se hace en 28 días, y en la vida todo es estrategia, planificación y disposición. Por eso hoy te damos ese empujoncito que necesitas para que, por fin, comiences tu plan de ahorros efectivo. Y no, no tiene nada que ver con una pirámide.
Toma en cuenta:
Antes de empezar, analiza tu dinámica de gastos y sincérate contigo mismo. ¿Realmente necesitabas todo en lo que gastaste este año?
Registra tus entradas y salidas de dinero: lo primero que debes hacer es tener conciencia de lo que ganas, versus lo que gastas mensualmente. De ahí en adelante podrás planificarte para que no te quede ninguna deuda por fuera.
Ponle nombre y apellido a tus ahorros: saber a qué irá destinado ese dinero será un motivo de peso a la hora de las tentaciones. Si no lo tienes bien definido, probablemente te dejarás llevar por el típico «para eso trabajo, me merezco un gustito de vez en cuando». Prioriza y vencerás.
Haz un presupuesto para ahorros: así como te presupuestas para tus gastos del mes, también incluye el porcentaje que dejarás para guardar. Si tu sueldo no siempre es fijo, sino que es variable; es decir, que «matas algunos tigritos» adicionales de vez en cuando, puedes dedicar un porcentaje de esos ingresos también. O, en su defecto, vivir de tu sueldo base y guardar lo que percibes por fuera. Todo depende de ti.
Establece metas: sabemos que tiene mucho que ver con ese nombre y apellido que le pondrás. Tal vez casarte, comprar un carro, una casa, o lo que sea que quieras hacer. Pero en este caso, nos referimos a metas en tiempo, a corto, mediano y largo plazo. Por ejemplo:
A corto plazo (de 3 a 9 meses): fondo de emergencia, vacaciones o la inicial del auto.
A largo plazo (5 años o más): pago inicial para comprar una casa o remodelación, la educación de tus hijos o tu jubilación.
Recorta gastos: cuando estás enfocado en ahorrar, debes tratar de reducir esas fugas de dinero inesperadas que pasan de la manera más tonta. No necesitas muchas de las cosas de las que te enamoraste en Internet o en una vitrina y tampoco necesitas todas las luces de tu casa encendidas. Ojo con eso.
Aprovecha la psicología y aprende más sobre el tema: te será de gran utilidad saber cómo las tiendas te venden más sin que te des cuenta. Hay una ciencia detrás del consumo, así que ilústrate para que ahora sepas a qué atenerte.
Compara y aprovecha ofertas: ¡Cuidado! ofertas reales, no engañosas. Una vez que entiendas el punto anterior, este te será muchísimo más fácil de controlar. Chequea qué te ofrecen todas tus opciones y no gastes por gastar.
Elige herramientas adecuadas: si estás ahorrando para metas a corto plazo, considera usar cuentas de depósito aseguradas por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC); las de Bank of América son una opción.
- Cuenta de ahorros
- Certificado de depósito (CD), que congela su dinero por un periodo de tiempo fijo a una tasa que es generalmente más alta que las de cuentas de ahorros.
Para metas a largo plazo considera:
- Cuentas Individuales de Jubilación, aseguradas por FDIC, que son cuentas de ahorros fiscalmente eficientes.
- Valores como acciones o fondos mutuales. Estos productos de inversión están disponibles a través de cuentas de inversión con un agente corredor de bolsa. Recuerda que los valores no están asegurados por FDIC, no son depósitos ni ningunas otras obligaciones de un banco y no están garantizados por un banco. Lo que quiere decir que están sujetos a riesgos de inversión, incluida la posible pérdida de tu capital. Es cuestión de evaluar…
Tampoco hace falta que te limites a una sola cuenta o manera de ahorrar. Ve cuidadosamente todas sus opciones y considera cosas como saldos mínimos, cargos y tasas de interés, para que pueda elegir los productos que mejor te resulten.
Automatiza el proceso: casi todos los bancos ofrecen transferencias automatizadas entre sus cuentas corrientes y de ahorros. Elige cuándo, cuánto y a dónde transferir dinero, e incluso divide tu depósito directo para que una parte de cada pago de tu sueldo vaya directamente a tu cuenta de ahorros. Eso te aliviará muchísimo para no caer en tentaciones.
Ve crecer tus ahorros: revisa mensualmente el progreso y encontrarás cada vez más motivación; además, te ayudará a identificar y corregir rápidamente cualquier problema.
Ahora sí no tienes excusas, planifícate y no te dejes llevar por impulsos. ¡Este año sí!