Es muy probable que el nombre de Zoë Roth no te resulte familiar, pero seguramente has visto su foto.
Un sábado por la mañana en 2005, cuando Zoë tenía 4 años, su familia fue a ver una casa que se incendiaba en su vecindario en Mebane, Carolina del Norte. Los bomberos ya habían controlado el incendio, por lo que la situación era bastante relajado: Los vecinos se reunieron y los bomberos permitieron que los niños se turnaran para sostener la manguera. La pequeña Zoë recuerda haber visto las llamas envolver la casa cuando su padre, un fotógrafo aficionado, le pidió que sonriera. Con su cabello ladeado y una mirada de complicidad en sus ojos lanzó una sonrisa diabólica cuando el fuego rugió detrás de ella y así nació “Disaster Girl”.
Desde entonces, la foto se ha editado en varios desastres de la historia; sea el meteorito que acabó con los dinosaurios, o el Titanic hundiéndose en la distancia. Después de más de una década formando parte de la historia memística de Internet, Zoë Roth vendió la copia original de su meme como un token no fungible, o NFT, por casi medio millón de dólares.
Pero, ¿qué demonios es un NFT?
Empecemos por el principio. ¿Por qué un cuadro puede estar valorado en cientos de millones de dólares, mientras que su reproducción se puede conseguir gratis en cualquier banco de imágenes?
En economía, un activo fungible es algo con unidades que se pueden intercambiar fácilmente, como dinero. Con dinero, uno puede intercambiar un billete de 10 por dos de 5 y tendrá el mismo valor. Pero cuando hablamos de objetos no fungibles, esta transacción es imposible: El objeto en cuestión tiene propiedades únicas, por lo que no puede ser intercambiado.
¿Me sigues? Te lo explico con uno de los ejemplos más conocidos: Si tomas una foto a la Mona Lisa con la mejor cámara posible, y luego contratas al mejor pintor del mundo para reproducirla con exactitud, es muy probable que consigas una réplica perfecta, pero jamás será la de Leonardo da Vinci».
El valor del arte, o cualquier otro producto tangible o intangible, es el que una serie de usuarios decidan conferirle. Pensemos en el oro y la plata, por ejemplo. Según Yuval Harari en Sapiens, el valor de ambos metales «es netamente cultural» y terminó por convertirse en esa reserva de valor porque contaba con «confianza universal”; es decir, el oro tiene su valor porque la mayoría de la población de nuestro mundo se lo otorgó con el paso de los años.
Los NFTs -o Tokens No Fungibles- son la versión moderna de esa idea.
Antes, la sociedad le daba mayor valor a bienes tangibles que podíamos tocar o ver. Llámense obras de arte, reservas de oro o petróleo. Ahora que estamos más metidos en el ámbito digital; el verdadero valor está en activos intangibles que, si bien son visibles, lo más posible es que nunca lleguemos a tocar
En el caso que dio pie a este artículo, el meme original de “Disaster Girl” se subastó en Foundation por 180 Ether. Al igual que con cualquier moneda, el valor de Ether fluctúa; pero para esa fecha específica, 180 Ether estaban valorados en más de $ 495,000.